En un ritual coordinado, con pisadas fuertes y movimientospuntuales, un contingente de más de 60 personas, entre hombres, mujeres y niños, se abre paso entre los fieles creyentes de la Virgen de Guadalupe para llegar hasta ella y rendirle homenaje con una danza que hace referencia a la lucha entre el bien y mal.
Los matachines son uno de los símbolos más característicos delos festejos guadalupanos en México, una tradición que data de la época colonial y se mantiene viva a través de la fe de losdanzantes. Han pasado casi 20 años desde que Gerardo Reyes,motivado por su amor y creencia a la Virgen de Guadalupe, decidióconformar la agrupación Danza de Nuestra Señora de Guadalupe,arraigada en la tradicional colonia Baja California. “Es la fe de cada uno de ellos, cada quien tiene sus motivos y son personales,quizá tuvieron algún problema y ella intervino”. Gerardo comparte la coordinación de grupo junto a Isabel Varela.
Lo vistoso de sus trajes es sin duda la principalcaracterística de estos grupos, un traje de tela luminosa encolores verdes y rojos, compuesto de pantalón y camisa, además deuna capa en la que luce en plenitud la imagen de la Guadalupana. Eltraje se acompaña de cascabeles y en la cabeza un penacho en elcaso de los hombres y una corona para las mujeres, adornada conplumas de pavorreal.
En cada vestuario los danzantes llegan a invertir hasta 2 milpesos.
Durante los festejos guadalupanos, la danza de Nuestra Señora de Guadalupe tiene más de 200 participaciones en parroquias ocasas particulares donde se vela a la Virgen al conmemorar su día.
Con música de violines de fondo, los conocidos matachines seforman en dos largas filas lideradas por los llamados capitanes,únicos en portar machetes con los que combaten el mal.
Mientras los danzantes siguen la coreografía, dos o hasta trespersonajes que asemejan al mal intervienen entre ellos e intentanllegar hasta la imagen de la Virgen, por lo que el paso se lesimpide.
“Representa el bien venciendo el mal, ahí toman a losjorobados y se simula el bien triunfando sobre el mal, ellosprotegen a la Virgen, son sus soldados”.
La danza tiene una duración de hasta 10 minutos y en ésta pueden participar hombres y mujeres de cualquier edad, teniendosolo en común su devoción por la Virgen María.
Se baila por fe Desde hace cuatro años, Idaly Román ha danzadopara la Virgen de Guadalupe y sin importar el frío o el cansancio,ella con sus pasos le paga una manda por haber mantenido unida a sufamilia, por sanar a su esposo que enfrentó un problema de saluden sus piernas y por haber visto realizado su sueño de emprenderun negocio de belleza.
En lo que es ya una tradición, ha involucrado a sus cuatrohijos que portan orgullosos el traje de matachines.