/ martes 30 de agosto de 2022

Madres unidas por sus desaparecidos

No se rinden y conservan la esperanza de encontrarlos con vida

El dolor que siente una madre al perder a uno de sus hijos, es el peor sentimiento para ella; su vida cambia drásticamente de un momento a otro, se llena de incertidumbre, dolor, tristeza, desesperación, ira; su sonrisa se apaga pero sus ojos se encienden y no paran de llorar.

Cuando un hijo fallece tienen algún lugar para ir a visitarlos y llorar, pero, ¿qué pasa cuando desaparecieron forzadamente, el tiempo pasó y continúan sin saber dónde está? Es un dolor y vacío que les deja la ausencia de su hijo o hija.


“Es muy difícil, al no tener a mi hijo y no saber nada de él, tengo otros dos hijos y siempre me queda ese vacío y hueco en el corazón, porque me hace falta y sigo buscándolo; todos los dias pienso, me acuesto y levanto pensando en él, aunque vean que nos reímos, siempre traemos ese vacío en el corazón”, compartió Imelda López, madre de Pier Meza López, quien desapareció el 14 de agosto del 2006.

Hay madres que entre lágrimas comentaron que perdieron a sus hijos hace más de diez años, otras que solo llevan meses, pero cada segundo que pasa, mantienen esa esperanza de voltear a la puerta y ver entrar a su hijo, abrazarlo, decirle cuánto lo extrañaron y, sobre todo, cuanto siguen amándolo.

Pero en ese proceso de ausencia, se presentan con frecuencia esas ganas de no querer levantarse de la cama y de estarse preguntando constantemente ¿dónde está? ¿Se encontrará con bien? De querer morir, rendirse y no seguir adelante.

“Nos vamos a buscarlos con la esperanza de encontrar algo, ¿ya qué nos espera o que nos queda?, como nos decimos entre compañeras, aunque sea encontrar a nuestros hijos para velarlos o tener donde ir a llorarles, en vez de tener la angustia sin saber dónde está”, mencionó Carla Yolanda Rincones Sánchez, madre de Jose Carlos Rincones, desapareció el primero de enero del 2021

Algunas de ellas recurren a terapia psicológica pero expresaron que no es suficiente para apagar el dolor, pero el acudir o ser partícipe de un colectivo de madres con hijos desaparecidos, les ha dado fuerzas para continuar con la búsqueda, ya que entre ellas se dan palabras de aliento y sobre todo apoyo moral.

“Es algo que no se supera, a pesar de tener siete años, es muy difícil, lo que trato de hacer es dar buena cara, aunque por dentro me encuentre destrozada, porque tengo más familia; aparte, a mí me ayudó mucho el entrar a un grupo de madres que también tiene hijos desaparecidos”, expresó María Meza Ramírez, madre de Hugo Fonseca Meza, quien desapareció el 10 de septiembre del 2015.

El tiempo pasa, para ellas cada día es como si fuera el primero; detallaron que el cuerpo se va acabando, se están quedando sin fuerzas, pero ponen todo de su parte al aguantar días soleados, lluvias, vientos, para tratar de dar con el paradero de sus hijos.

Todas tienen algún objeto, ropa o accesorios que en algún momento fueron de su hijo desaparecido; todos los días lo abrazan, se duermen con él para presenciar su aroma y sentir que están cercas de él o en la cara de algún familiar reflejan la presencia de su hijo.

“Para mí también fue muy difícil; se me figura que fue ayer, más cuando miro una de sus hijas que se parece tanto a él y todas las cosas que tiene de él, nosotros todo el día lo recordamos”, compartió María Guadalupe Vizcarra Coronel, madre de Jesús Alberto Zambrano Vizcarra, quien desapareció junto con Hugo Fonseca Meza.

Expresaron que tienen la esperanza de encontrarlos y a la vez miedo; además, cuando ellas ya no se encuentren con vida y si su hijo continúa sin aparecer, solo ese día, se acabará con la búsqueda y se llevarán esa esperanza que tenían de encontrarlo con vida.

LA ESPERANZA

Si volviera a ver a su hijo, ¿qué le diría?

“Donde quiera que esté, que Dios me lo bendiga, y que hacemos todo lo posible por encontrarlos, no voy a descansar hasta encontrarlo”: María Meza Ramírez.

“Que Dios lo bendiga, todas la noches le pido a Dios, señor tú sabes dónde está, yo no sé, pero a los dos cuidalos”: María Guadalupe Vizcarra Coronel.

“Le diría que todos los dias pienso en él, aunque hayan pasado 16 años, lo sigo esperando, lo amamos, me hace mucha falta y todos los días le mando mi bendición donde quiera que este, si ya no está, que descanse en paz y esté tranquilo”: Imelda López.

LOS RECUERDOS

¿Qué conservan de su hijo?

“Yo me quede con la gabardina que tiene en esta foto, unos zapatos, con la silla en la que trabajaba en el despacho, ya con siete años está un poco viejita, es con todo lo que me quedé, de primero me quedaba dormida con su gabardina oliendo su aroma, ya ahorita con tanto año no tiene mucho olor pero todavía la conservo”: María Meza Ramírez.

“Yo me quedé con unos zapatos y una camisa, es lo que tengo porque él tenía mucha chamarra de cuero; se ponía perfume en la casa y todo; ya estábamos acostumbrados que él llegaba todos los días en la mañana a desayunar con mi esposo”: María Guadalupe Vizcarra Coronel.

“Tengo ropa de él, fotos, trofeos, mucha ropa la regale pero me quedé con algo de recuerdo”: Imelda López.

“Tengo fotos de él, un perfume, ropa y tenis porque él iba mucho a la casa, comía y se bañaba, por eso tengo esas cosas de él, su chamarra me la pongo, tengo un nieto que tiene tres años y se parece a él, en ocasiones le pongo perfume de mi hijo”: Mercedes Meléndrez, madre de Jose Luis Varela Meléndres, desaparecido hace un año y siete meses.

“Tengo sus fotos, no he dejado ni un día de ponerle una veladora”: Carla Yolanda Rincones Sánchez.

El dolor que siente una madre al perder a uno de sus hijos, es el peor sentimiento para ella; su vida cambia drásticamente de un momento a otro, se llena de incertidumbre, dolor, tristeza, desesperación, ira; su sonrisa se apaga pero sus ojos se encienden y no paran de llorar.

Cuando un hijo fallece tienen algún lugar para ir a visitarlos y llorar, pero, ¿qué pasa cuando desaparecieron forzadamente, el tiempo pasó y continúan sin saber dónde está? Es un dolor y vacío que les deja la ausencia de su hijo o hija.


“Es muy difícil, al no tener a mi hijo y no saber nada de él, tengo otros dos hijos y siempre me queda ese vacío y hueco en el corazón, porque me hace falta y sigo buscándolo; todos los dias pienso, me acuesto y levanto pensando en él, aunque vean que nos reímos, siempre traemos ese vacío en el corazón”, compartió Imelda López, madre de Pier Meza López, quien desapareció el 14 de agosto del 2006.

Hay madres que entre lágrimas comentaron que perdieron a sus hijos hace más de diez años, otras que solo llevan meses, pero cada segundo que pasa, mantienen esa esperanza de voltear a la puerta y ver entrar a su hijo, abrazarlo, decirle cuánto lo extrañaron y, sobre todo, cuanto siguen amándolo.

Pero en ese proceso de ausencia, se presentan con frecuencia esas ganas de no querer levantarse de la cama y de estarse preguntando constantemente ¿dónde está? ¿Se encontrará con bien? De querer morir, rendirse y no seguir adelante.

“Nos vamos a buscarlos con la esperanza de encontrar algo, ¿ya qué nos espera o que nos queda?, como nos decimos entre compañeras, aunque sea encontrar a nuestros hijos para velarlos o tener donde ir a llorarles, en vez de tener la angustia sin saber dónde está”, mencionó Carla Yolanda Rincones Sánchez, madre de Jose Carlos Rincones, desapareció el primero de enero del 2021

Algunas de ellas recurren a terapia psicológica pero expresaron que no es suficiente para apagar el dolor, pero el acudir o ser partícipe de un colectivo de madres con hijos desaparecidos, les ha dado fuerzas para continuar con la búsqueda, ya que entre ellas se dan palabras de aliento y sobre todo apoyo moral.

“Es algo que no se supera, a pesar de tener siete años, es muy difícil, lo que trato de hacer es dar buena cara, aunque por dentro me encuentre destrozada, porque tengo más familia; aparte, a mí me ayudó mucho el entrar a un grupo de madres que también tiene hijos desaparecidos”, expresó María Meza Ramírez, madre de Hugo Fonseca Meza, quien desapareció el 10 de septiembre del 2015.

El tiempo pasa, para ellas cada día es como si fuera el primero; detallaron que el cuerpo se va acabando, se están quedando sin fuerzas, pero ponen todo de su parte al aguantar días soleados, lluvias, vientos, para tratar de dar con el paradero de sus hijos.

Todas tienen algún objeto, ropa o accesorios que en algún momento fueron de su hijo desaparecido; todos los días lo abrazan, se duermen con él para presenciar su aroma y sentir que están cercas de él o en la cara de algún familiar reflejan la presencia de su hijo.

“Para mí también fue muy difícil; se me figura que fue ayer, más cuando miro una de sus hijas que se parece tanto a él y todas las cosas que tiene de él, nosotros todo el día lo recordamos”, compartió María Guadalupe Vizcarra Coronel, madre de Jesús Alberto Zambrano Vizcarra, quien desapareció junto con Hugo Fonseca Meza.

Expresaron que tienen la esperanza de encontrarlos y a la vez miedo; además, cuando ellas ya no se encuentren con vida y si su hijo continúa sin aparecer, solo ese día, se acabará con la búsqueda y se llevarán esa esperanza que tenían de encontrarlo con vida.

LA ESPERANZA

Si volviera a ver a su hijo, ¿qué le diría?

“Donde quiera que esté, que Dios me lo bendiga, y que hacemos todo lo posible por encontrarlos, no voy a descansar hasta encontrarlo”: María Meza Ramírez.

“Que Dios lo bendiga, todas la noches le pido a Dios, señor tú sabes dónde está, yo no sé, pero a los dos cuidalos”: María Guadalupe Vizcarra Coronel.

“Le diría que todos los dias pienso en él, aunque hayan pasado 16 años, lo sigo esperando, lo amamos, me hace mucha falta y todos los días le mando mi bendición donde quiera que este, si ya no está, que descanse en paz y esté tranquilo”: Imelda López.

LOS RECUERDOS

¿Qué conservan de su hijo?

“Yo me quede con la gabardina que tiene en esta foto, unos zapatos, con la silla en la que trabajaba en el despacho, ya con siete años está un poco viejita, es con todo lo que me quedé, de primero me quedaba dormida con su gabardina oliendo su aroma, ya ahorita con tanto año no tiene mucho olor pero todavía la conservo”: María Meza Ramírez.

“Yo me quedé con unos zapatos y una camisa, es lo que tengo porque él tenía mucha chamarra de cuero; se ponía perfume en la casa y todo; ya estábamos acostumbrados que él llegaba todos los días en la mañana a desayunar con mi esposo”: María Guadalupe Vizcarra Coronel.

“Tengo ropa de él, fotos, trofeos, mucha ropa la regale pero me quedé con algo de recuerdo”: Imelda López.

“Tengo fotos de él, un perfume, ropa y tenis porque él iba mucho a la casa, comía y se bañaba, por eso tengo esas cosas de él, su chamarra me la pongo, tengo un nieto que tiene tres años y se parece a él, en ocasiones le pongo perfume de mi hijo”: Mercedes Meléndrez, madre de Jose Luis Varela Meléndres, desaparecido hace un año y siete meses.

“Tengo sus fotos, no he dejado ni un día de ponerle una veladora”: Carla Yolanda Rincones Sánchez.

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