Tijuana.- El Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura, se unió a las expresiones de consternación que ha generado la muerte, este jueves 5 de septiembre, del notable pintor mexicano Francisco Toledo en la ciudad de Oaxaca a la edad de 79 años, y colocó un libro de condolencias en la entrada de El Cubo, en cuya Sala 1 se expone una colección de la obra del maestro oaxaqueño.

El libro de condolencias permanecerá en ese lugar al lado de una fotografía de Francisco Toledo (1940-2019) para recoger las expresiones de la comunidad artística y cultural, y el público en general, en torno al deceso del pintor.

Asimismo, el Centro Cultural Tijuana transmitió sus condolencias a la subsecretaria de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura, la poeta zapoteca Natalia Toledo, hija del pintor fallecido.

Por lo demás, el CECUT hizo eco de las palabras de la Secretaría de Cultura que en su cuenta de Twitter emitió un mensaje en el que lamenta “profundamente el fallecimiento de #FranciscoToledo, quien no solo fue conocido por su talento y el toque irreverente y transgresor de sus obras sino también por ser un luchador social. México ha perdido a uno de sus más grandes artistas”.

En otro mensaje, emitido a manera de homenaje a la memoria del maestro oaxaqueño, la Secretaría de Cultura reproduce palabras de Toledo: "Mi arte es una mezcla de lo que he visto y de otras cosas que no sé de dónde vienen. Me han influido el arte primitivo, pero también los locos, los enfermos mentales y, sobre todo, Rufino Tamayo” #ArteMexicano Francisco Toledo”.

“Escultor, pintor, grabador, promotor de la cultura mexicana en el extranjero, Francisco Toledo fue un artista completo que creó su propio lenguaje visual, aquél que caminaba surcando, sembrando, borrando las fronteras entre artes visuales, literatura, diseño, artesanía y activismo”, subraya la Secretaría de Cultura en su página oficial, que define al artista oaxaqueño como “uno de los máximos exponentes de la plástica mexicana”.

En tanto, en el CECUT, un crespón negro luce en señal de luto en la entrada a la galería El Cubo, en cuya sala 1 se encuentra la exposición Toledo-Monsiváis. Otro crespón similar fue colocado en la entrada del edificio principal del CECUT.

Compuesta por una rica colección de dibujos, grabados, pequeñas esculturas, fotos intervenidas, cartas y otros objetos “tocados” con el genio del artista juchiteco, la exposición Toledo-Monsiváis expresa la sólida amistad intelectual que unió a ambos personajes, al tiempo que confirma la desbordante imaginación artística del pintor oaxaqueño. La muestra puede ser visitada hasta el próximo 16 de septiembre en la sala 1 de El Cubo.

Además de su obra, con todo y ser vasta, variada y deslumbrante en cuanto a imaginación, versatilidad y “genio creativo”, el maestro oaxaqueño deja un enorme legado que trasciende el campo de lo artístico, y buena parte de su herencia perdura en los centros culturales que él fundó: el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, entre otros.