El próximo 31 de octubre concluirá la gestión de Francisco Vega de Lamadrid. Con ello, terminan siete administraciones emanadas del Partido Acción Nacional, que mantuvo el poder en Baja California por 30 años.
Vega de Lamadrid venía respaldado por una gran popularidad por su trabajo hecho a finales de los noventa en el ayuntamiento de Tijuana, sin embargo no pasó mucho tiempo para que este respaldo ciudadano se fuera esfumando, sumado a las críticas que realizaban grupos empresariales y de la sociedad civil, que cuestionaban decisiones tomadas por el mandatario estatal.
De esta manera, Francisco Vega finaliza su carrera dentro de la política. Una carrera que le llevó a ser director del Instituto de la vivienda, secretario de finanzas, alcalde de Tijuana, diputado federal y gobernador de Baja California. Para este cargo, cabe mencionar que contendió hasta tres ocasiones, hasta que lograra la candidatura del PAN en 2013.
ECONOMÍA
El tema económico parece ser una de las asignaturas que Francisco Vega pasó de “panzazo”. El originario de Sonora heredó de su antecesor tasas de desempleo de 5.77% e índices de crecimiento inferiores a 1%. En los primeros cinco meses de 2019, la manufactura en Baja California creció 9 % anual, logrando el primer lugar nacional, según el Inegi, mientras que el desempleo y el crecimiento económico se ubica en 2.5 y 2.0%, ambos indicadores por arriba de la media nacional.
Baja California ha registrado los últimos seis años una baja en los niveles de pobreza, sin embargo, mantiene altos índices de vulnerabilidad y bajos ingresos entre su población, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). De acuerdo al más reciente informe de la instancia gubernamental, 23.3% de la población del estado vive bajo condición de pobreza, en comparación con el 26% de 2012.
Para el presidente del Colegio de Economistas de Baja California, Domingo Ramos Medina, en estos seis años el estado ha tenido que enfrentar políticas públicas negativas por parte de la federación, como lo fue la homologación del IVA en la frontera, además de temas coyunturales como la llegada de la Caravana Migrante, que impactó directamente al dinamismo económico de la región.
“Con la homologación del IVA nos pegó mucho y la economía cayó por debajo del promedio nacional. Fue un golpe duro, pero después de la economía surgió y se levantó a niveles de crecimiento por encima de la media nacional. Otro bache fue cuando el tema del gasolinazo en 2017 que nos elevó la inflación a 6% y 7%, por encima del promedio nacional”, explicó.
Aunque fue temporal, la Caravana Migrante también vino a repercutir en la actividad económica local. Según el especialista, para inversionistas y empresas, existió un frenó en el intercambio económico con California, que es el principal socio comercial de la entidad.
“Cuando se dio el asalto la línea, impactó en millones de pesos, porque cierra la garita e impacta la economía. Luego se acumuló bastante el trabajo y tuvieron que mandar al CBP a atender el tema migratorio y se alentó el proceso de carga. Como el tema migrante era un tema típico, porque normalmente Baja California recibe migrantes, ahora repercutió en un tema económico directo”, explicó.
Pese a estos factores que han incidido en la actividad económica de Baja California, Ramos Medina señaló que el estado se mantiene como referencia a nivel nacional en empleo y captación de inversión extranjera, en gran parte gracias a su posición geográfica privilegiada.
“En los instrumentos y capacidades en términos generales en el comportamiento del estado tiene las herramientas e instrumentos para estar bien por encima de la media nacional, salvo las políticas federales y o temas externos. Aquí cada zona económica y estado tiene su competencia y virtudes, en el área del bajío tienen incentivos agresivos, donde dan terreno, condonan impuestos y fomentan el tema por parte de la política para atracción de inversiones. Nosotros tenemos como ventaja la cercanía con Estados Unidos, eso nos permite traer inversiones que aunque allá les ofrecen terreno, quieren ahorrar costos de traslado y logística que pudieran ser más baratas estando aquí. Además de la mano de obra calificada, clima favorable y la garita más transitada del mundo”, apuntó.
La inseguridad y la violencia tampoco fueron motivos para frenar el dinamismo económico del estado, ya que de acuerdo a lo expuesto por el presidente del Colegio de Economistas de Baja California, esta no ha impactado a sectores como la industria, turismo o comercio.
“Eso es un buen mensaje porque quiere decir que la inseguridad está sectorizada a ciertos grupos, eso los inversionistas que hacen análisis de riesgo, tienen muy claro que el problema está enfocado a ciertas bandas y grupos y esto no afecta la inversión en área de competencia. La persona que viene y gasta también percibe un área de tranquilidad a pesar de los problemas. A medida que Baja California logre combatir los problemas de inseguridad, va a dar un salto de calidad mucho mayor, porque aun así tiene números de crecimiento económico”, subrayó.
OBRA PÚBLICA
La inversión en obra pública se cayó a niveles nunca antes visto en el estado. A diferencia de otros sexenios, en la administración de Francisco Vega, no existe como tal una obra emblemática para la entidad. Es más, la que más promovió durante su gestión, que es la planta desalinizadora de Rosarito, todavía se mantiene en obra negra, a más de un año del anuncio de su construcción.
El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Tijuana (CMIC), Gabriel Antonio Valenzuela Moreno, indicó que para este 2019, apenas iban ejercidos mil 089 millones de pesos, de una bolsa de más de 5 mil millones de pesos.
“En Baja California quedamos muy cortos con la inversión de infraestructura, no podemos decir que fue un buen sexenio en cuanto a obras, precisamente por la falta de recursos. En honor a la verdad no se volteó a ver a la obra pública, porque tuvieron otras prioridades. Podemos decir que para el estado no es buen indicio, porque la construcción es un indicador de la economía de la región y que genera muchos empleos, que genera calidad de vida y especialmente nos quedamos muy cortos con inversiones”, manifestó.
Con obra prioritarias pendientes en el tema de movilidad en Tijuana, el nodo exprés 20 de noviembre, y el Paso Express Bellas Artes- Aeropuerto, se vislumbran como las únicas acciones en materia de infraestructura que dejará como legado la administración de Francisco Vega.
“La verdad es muy lamentable para lo que es la construcción e infraestructura de la región, se deben priorizar las obras como el Bulevar las Torres, el tema del Alamar, porque esto ayudaría a mejorar la movilidad que tenemos, que es el principal problema, ¿cómo se va a resolver?, destapando los ahorcamientos, porque cada día hay más carros porque entra el factor de autos chocolate, taxis clonados”, aseveró.
El tema de las Asociaciones Público Privadas (APP) tampoco fueron bien implementadas por el Gobierno de Baja California. De acuerdo a Valenzuela Moreno, existió falta de planeación para ejecutar obras, como la planta desaladora de Playas de Rosarito.
“Faltó socializar lo de las obras, fueron años conflictivos tanto para la sociedad y el gobierno, además no se ha visto realmente el beneficio de una APP. Deben empezar con obras chicas, porque se quieren comer el saco de azúcar y hay que empezar poco a poquito, la planta es una obra inmensa y grande. Si vemos que actualmente se ocupa dos metros cúbicos de agua, quieren hacer una de cuatro, en lugar de hacer una que tenga crecimiento paulatino”, concluyó.