La amenaza de las pandillas sobre su seguridad y la de su familia fue lo que motivó a Maximiliano, originario de El Salvador, a dejar su país natal y cruzar el territorio mexicano, con intención de encontrar asilo y una mejor oportunidad de vida en los Estados Unidos.
Hace siete meses que Maximiliano llegó a Mexicali acompañado de su esposa y sus dos pequeños hijos, de 12 y siete años, tiempo que han aprovechado para intentar conseguir una cita y entrar de manera legal al país vecino.
En su cuerpo, cerca de la zona de su estómago, aún es visible una cicatriz en recuerdo del intento de asesinato que sufrió por parte de integrantes de una pandilla como castigo por no acceder a pagar una cuota para que lo dejaran trabajar en su panadería.
“De hecho me intentaron matar, me apuñalaron, y por eso me vine para acá; lo que pasa es que las pandillas, cuando la persona huye, después no la agarran con uno, sino que van contra la familia, por esa razón fue por la que decidimos huir”
Maximiliano y su familia aún no han podido acceder a una cita en la aplicación CBP ONE, que es el único medio que actualmente se utiliza para realizar la solicitud de asilo.
Sin embargo, mantienen la esperanza de que pronto los reciban las autoridades norteamericanas, ya que en el albergue en el que se encuentran resguardados actualmente se ha dado el caso de varias familias, grupos de hasta 16 personas, que si han obtenido la cita.
“Estamos esperando todavía que nos confirmen, que nos digan que sí, y pues si no se puede nos regresaríamos, pero para Chiapas, al Salvador ya no regreso yo”
En el albergue en el que se encuentra Maximiliano se resguardan alrededor de 300 personas más, entre ellas varios niños, quienes esperan obtener la cita y cruzar legalmente a los Estados Unidos.