Liberar la venta de la Naloxona no resultaría una medida efectiva para abordar el problema de las adicciones, consideró Adrián Medina Amarillas, secretario de Salud en el Estado.
Recientemente la Comisión de Salud del Senado de la República aprobó con unanimidad una propuesta para retirar las restricciones sobre este fármaco controlado y permitir su venta de manera libre con la justificación de frenar las muertes por sobredosis de fentanilo.
El Secretario de Salud en el Estado consideró que el tema debe verse con reservas porque los resultados podrían ser los opuestos.
“Creo que tenemos que hacer acciones más tendientes a atender a los adolescentes, ser preventivos más que liberar la naloxona porque también puede ser un riesgo”.
Medina Amarillas consideró que el uso del fármaco debe seguir siendo controlado y manejado por personal especializado.
“Creo que en este momento se debe tomar con reserva porque sería riesgoso liberar un medicamento de esta naturaleza, lo mejor es trabajar en la prevención”.
El Secretario de Salud también aseguró que en las clínicas y hospitales de la dependencia a su cargo hay Naloxona suficiente.
En Mexicali la organización Verter también se ha pronunciado por facilitar el acceso a la naloxona y abastecer a las unidades médicas para frenar las muertes por sobredosis.
¿QUÉ ES LA NALOXONA?
La naloxona es un medicamento que revierte rápidamente una sobredosis de opioides. Es un antagonista opioide, es decir, se adhiere a los receptores opioides y revierte y bloquea los efectos de otros opioides. La naloxona puede restablecer con rapidez la respiración normal de una persona que respira lentamente o ha dejado de respirar a causa de una sobredosis de opioides. Pero la naloxona no tiene ningún efecto en quien no tiene opioides en el organismo y no es tampoco un tratamiento para el trastorno por consumo de opioides. Entre las drogas opioides se encuentran la heroína, el fentanilo, la oxicodona (OxyContin®), la hidrocodona (Vicodin®), la codeína y la morfina.
¿CÓMO SE ADMINISTRA?
La naloxona se debe administrar a cualquier persona que muestre señales de una sobredosis de opioides o cuando se sospecha que ha ocurrido una sobredosis. Se puede administrar con un vaporizador nasal o como inyección intramuscular, subcutánea o intravenosa.