En Baja California solo dos personas hablan de manera fluida la lengua Cucapá, ambas personas mayores, por lo que se advierte tomar medidas para evitar que la lengua se extinga, indicó Etna Pascacio Montijo, investigadora de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Amelia Chan Díaz, una de las pocas personas que aún hablan de manera fluida el Cucapá en México, señaló que su comunidad no ha recibido el apoyo necesario por parte de los gobiernos para preservar sus costumbres y tradiciones.
Pascacio Montijo, coordinadora del Programa de Investigación y Estudios Aplicados en Lenguas Indígenas de Baja California en Mexicali por la UABC, detalló que en abril del presente año iniciaron el Proyecto de Enseñanza de la Lengua Cucapá en Pozas de Arvizu, Sonora, en el que apoyan a hablantes de la lengua en la enseñanza a los demás miembros de su comunidad
Mencionó que el objetivo del proyecto es rescatar la lengua Cucapá, debido a que en México poco menos de 30 personas hablan de manera fluida el Cucapá, de las cuales solo 2 radican en Baja California.
Señaló una de las razones por las que las lengua Cucapá está desapareciendo es por la discriminación que ha sufrido el pueblo a lo largo de su vida y el daño a sus derechos humanos. En ese sentido, aseveró que la pérdida de las lenguas es un síntoma más de que hay una serie de problemáticas que tienen que ver con la salud, economía, desarrollo y educación.
Comentó que una de las razones para evitar la extinción de la lengua es precisamente la diversidad que aporta a las comunidades donde se desarrolla, en el caso de México, la mayoría concentradas en Sonora y Baja California.
“Toda esa serie de problemáticas que se presentan con los pueblos indígenas provoca que se vayan dejando de hablar poco a poco sus lenguas. Entonces, ¿Por qué querer detener eso? Pues simplemente porque son personas que hablan sus lenguas y tienen derecho a seguirlas hablando, y a tener su identidad. Pero, sobretodo, por qué conservar las lenguas tendría que ver idealmente con que se está mejorando el resto de su situación”, expresó.
La investigadora universitaria agregó que la comunidad Cucapá en Baja California radica en el valle de Mexicali; en el ejido Cucapá Mestizo, en Cucapá El Mayor y algunos más en El Indiviso. Mientras que en Sonora están agrupados todos en Pozas de Arvizu, no obstante, es el lugar donde más hablantes fluidos habitan de todo México, con alrededor de 25 personas.
Debido a esto, refirió que el Proyecto de Enseñanza está enfocado únicamente en esa comunidad, ya que se plantea rescatar la lengua en un primer momento en este poblado para, posteriormente, apoyar a las comunidades de Baja California con proyectos de enseñanza similares encabezados por los hablantes de Pozas de Arvizu.
Actualmente, en el proyecto participan Rosa y Eronia Tambo, cómo maestras y traductores del Cucapá; Amelia Chan, cómo gestora y asesora de la lengua; Ángel Pesado; cómo asesor de la lengua; Etna Pascacio en la documentación lingüística; y Jorge Urbano en la planeación didáctica.
Abandono a la comunidad
Para la realización del Proyecto de Enseñanza las únicas instituciones que apoyan con recursos son la Facultad de Idiomas de la UABC, el Centro Cultural Tijuana (CECUT) y la Secretaría de Cultura del Estado Chihuahua.
Al respecto, Amelia Chan, aseveró que han estado buscando apoyo para la realización de proyectos de enseñanza similares, sin embargo, ningún gobierno municipal, estatal o federal se los ha brindado.
Comentó que uno de los principales retos con los que la comunidad Cucapá se sigue enfrentando es a la discriminación, en específico como hablantes de la lengua, ya que fuera de la comunidad se les exige hablar únicamente español, incluso en las escuelas.
“Nosotros no tenemos el apoyo tanto del gobierno federal, estatal, ni municipal, no tenemos nada de eso. Han pasado regidores y regidores, y, sin embargo, tampoco tenemos el apoyo de los regidores como para decir ‘ah si, ellos nos están apoyando’. Se supone que lao regidores son la voz del pueblo, pero no tenemos esa voz que necesitamos” manifestó.
En ese sentido, dijo que actualmente no existe ninguna voz que represente a la comunidad Cucapá en la esfera publica en el Estado de Sonora, que apoye en la defensa de su cultura, usos y costumbres.
Relató que su madre y padre eran hablantes Cucapá, por lo que en su casa solo hablaban esa lengua, fue hasta que entró a la escuela cuando aprendió a hablar español. Sin embargo, debido a la llegada de las nuevas tecnologías y las nulas políticas públicas para preservar su lengua, mencionó que cada vez menos personas lo hablan.
“Para mí es muy importante por qué ya con la nueva generación nuestra lengua se está terminando y habemos muy pocas gente que lo seguimos hablando. Entonces, el estar dando este tipo de talleres pues es muy importante” expresó.
Frutos en la enseñanza
Amelia Chan comentó que desde que inició el proyecto de enseñanza en el mes de abril, ha notado un avance significativo en el aprendizaje de la lengua. Además de que todas las clases están acompañadas con una convivencia entre los integrantes de la comunidad.
Detalló que son entre 15 y 20 personas; niños, adolescentes y jóvenes, quienes antes de iniciar las clases conviven mientras comen pan y beben café; durante la clase, por medio de las actividades didácticas; y al finalizar la clase con un almuerzo para todos.
“Hemos visto que si han estado aprendiendo, que si hablan y pronuncian bien (...), en estos meses que hemos estado trabajando si ha habido avance, que no había antes”, manifestó.
Por su parte, Etna Pascacio indicó que para el proyecto se plantearon la realización de 27 clases cada sábado, por lo que este 28 de septiembre se llevó a cabo la clase número 24.
Destacó que, en cuanto al material didáctico, Jorge Urbano apoya en la traducción de cuentos a la lengua Cucapá, pero al final son las propias maestras y expertos en la lengua quienes revisan y corrigen los materiales antes de presentarlos en clase.
En ese sentido, recalcó que las clases son impartidas principalmente por los integrantes de la comunidad Cucapá, en este caso Rosa y Eronia Tambo.