Un perro de 4 años llamado Robin fue prácticamente contratado por la estación de gasolina ubicada en la colonia Robledo, donde los trabajadores de ese establecimiento lo consideran como uno más del equipo.
Robin Castillo Crespo es el nombre del can que pernoctan alrededor de la colonia popular, al cual le gusta acompañar a los empleados de dicha gasolinera.
El encargado de la estación, Javier Alfonso López Arreguín, fue quien tomó la decisión de darle un gafete que lo identifique como un integrante del equipo, el cual, dijo, es como un miembro más de la familia.
"Pensamos que es parte de nuestro equipo porque casi todo el tiempo está con nosotros", afirmó.
Aunque en otros negocios suelen ahuyentar la presencia de animales, en este caso fue lo opuesto, debido a que también ejerce labores de seguridad de sus compañeros.
"Nos cuida aquí y a los compañeros cuando hacen los cortes. Sale en la cámara de seguridad todo el tiempo, le damos de comer taquitos, agua, lo tratamos igual como si fuera uno de nosotros".
Su dueño, Héctor Castillo Crespo, relató que, originalmente, lo había adoptado debido a que había fallecido otra mascota que tuvo, un can de raza boxer.
Un compañero del trabajo le ofreció adoptar a Robin, el cual, según le dijeron, era un San Bernardo, por lo que con el tiempo le sorprendió que no creciera.
"Él se quedó chiquito, pero ya nos habíamos encariñado con él".Dijo estar de acuerdo en que los de la gasolinera también lo cuiden, toda vez que a Robin le gusta mucho convivir con la gente, pero más aún, estar en la calle.
Robin no representa un daño para la comunidad, sino todo lo contrario, opinó su dueño, ya que, incluso, se lleva bien con su otra mascota, una gata llamada Dina.