Males estomacales, infecciones respiratorias e incluso estrés y ansiedad conforman el cuadro de los padecimientos que típicamente se presentan en los niños al retomar las actividades escolares.
Las vacaciones terminaron, las actividades vuelven a la normalidad y en ese proceso es común que el organismo de los niños se encuentre sensible ante ciertas condiciones, sobre todo después de un largo período de descanso y comidas poco saludables.
Para la encargada del Programa de Atención a la Salud de la Infancia y Adolescencia en la Jurisdicción de Servicios de Salud en Mexicali, Carolina Rubio Huerta, es importante que los padres de familia pongan especial atención en diversos síntomas, iniciando por las intoxicaciones alimentarias.
“Se incrementan las diarreas por los niños que no tienen refrigeración en su comida, el jamón es uno de los alimentos más perecederos por eso aumentan también los vómitos”.
En ese sentido, la especialista recomienda eliminar los alimentos perecederos que son aún más vulnerables durante la temporada de verano, como el jamón, mayonesa y otros lácteos.
Otro problema de salud típico de la temporada son las lipotimias o desmayos, por ejemplo a la hora de realizar los Honores a la Bandera, educación física u otras actividades al aire libre.
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Explicó que estas situaciones se presentan a consecuencia del calor que provoca una baja de la presión arterial.
“Cuando hace mucho calor los vasos sanguíneos se abren y dilatan, eso baja la presión, llega menos sangre oxigenada al cerebro y éste se protege, se apaga por decirlo de alguna manera y entonces el niño pierde el conocimiento para que haya mayor flujo de sangre”.
Cambios de temperatura
Salir al patio durante la hora de recreo después de varias horas de estar dentro del aula donde el aire acondicionado también representa riesgo para la salud de los niños, pues puede propiciar infecciones respiratorias y hasta parálisis facial.
“Aumentan también las infecciones respiratorias por los cambios bruscos de temperatura, eso puede provocar también crisis en niños asmáticos o alérgicos”.
Aunque las parálisis faciales son más comunes en los adultos aunque en los niños también existe la posibilidad al enfrentarse al cambio brusco de temperatura ante la contractura muscular y nerviosa que esto produce.
Rubio Huerta advirtió que los padecimientos también pueden ser a nivel psicológico o emocional ya que retomar las clases trae a los niños y adolescentes cierto nivel de estrés y ansiedad.
“Dependiendo de la carga escolar y la presión familiar pueden empezar episodios de ansiedad como morderse las uñas, jalarse el cabello o dolores de estómago e incluso vómito”.
En general, la especialista recomienda a los padres de familia prestar atención a cualquier síntoma y acudir al médico para evitar la automedicación.