Este domingo los templos católicos iniciaron la jornada de oración por la paz, tras el llamado que hizo el Episcopado Mexicano de rezar por aquellas personas que han muerto de manera violenta en el país, entre estos religiosos y laicos.
La Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe fue uno de los espacios donde durante la misa dominical se realizaron oraciones aquellos que murieron como parte de los altos índices de delincuencia que se registran en México.
Durante la misa oficiada por el padre Mark Anthony Duarte, la cual se mantuvo altamente concurrida, se mencionó que el objetivo del rezo, es que Cristo resucitado, reciba a los que murieron de forma violenta en su reino y les conceda la paz eterna.
El religioso en su discurso hizo un llamado a los creyentes a regirse bajo los diez mandamientos, así como a ser promotores de justicia y la paz en la comunidad y al finalizar se leyó la oración por la paz que compartió mediante un comunicado la Arquidiócesis de Tijuana, toda vez que actualmente el cargo de Obispo se encuentra acéfalo por la muerte de José Isidro Guerrero Macías.
Al finalizar la misa que inició a las 10:00 horas, el padre mencionó que a partir del próximo domingo 17 de julio, en este recinto religioso se entregarán copias de la oración por la paz.
Duarte anunció a los asistentes que durante las jornadas se llama a los creyentes a vestir de blanco y utilizar velas. Entre las actividades a realizar durante la jornada por la paz, se dijo que en las misas del 17 de julio se enfocarán en hacer memoria de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que han sido asesinados en el país; mientras que el domingo 24 de julio se hará memoria de las personas desaparecidas o que fallecieron bajo la figura de homicidios dolosos o feminicidios, entre estos activistas sociales, periodistas, policías, servidores públicos y otras personas en situación de exclusión o vulnerabilidad, al igual que se orará por las familias de estas personas.
Finalmente, el domingo 31 de julio orará por los victimarios, para que estos dejen de atentar contra de la viuda y del prójimo.
