La empresa pesquera clausurada por la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA), en las inmediaciones de Ciudad Guadalupe Victoria, violó prácticamente todos los lineamientos legales que previenen haya contaminación y al parecer no contaba ni con su Registro Federal de Contribuyentes.
La titular de la SPA en el Estado, Thelma Castañeda, dijo que como cualquier compañía que procese productos marinos tiene la obligación de dar un tratamiento a sus aguas; luego si cumplen con la norma, el líquido debe ser depositado en un área especial de la federación.
Se les clausuró por contaminación directa al tener un tubo conectado al dren en las inmediaciones de Ciudad Guadalupe Victoria.
Pero además no contaba con Manifiesto de Impacto Ambiental, licencia como generador de residuos orgánicos, ni comprobantes de a quién le entregó los residuos.
Si quiere seguir trabajando deberá cumplir con todos los trámites de regularización, además de pagar una sanción administrativa, que determinará el área jurídica de la SPA.
Agregó que ni si quiera les entregaron un Registro Federal de Contribuyentes, por lo que desconocen cómo esté formalizada, pero que sí hay una persona responsable legalmente con quien tienen contacto.
Según suponen habitantes de poblados aledaños, en el empaque conocido como Palmerín hacen el trabajo sucio, mientras que el procesamiento del producto para envío a Asia se hace en otro lugar.
La funcionaria desconoció si la empresa cuenta con otra planta, alrededor de la colonia Juárez, como comentaron los vecinos, pero dijo que es posible.
La extracción de este tipo de organismos es Puerto Peñasco, las aguamalas las procesan y envían a China, porque allá las consumen como alimentos y para medicamentos.
“Las mandan como les son requeridas en aquel país, para eso tienen que darles un tratamiento… en salmuera, secado y dejar lo que ellos necesitan, entonces hay un desecho, de esa preparación… tiene una merma considerable de líquido revuelta con material orgánico, que se le conoce como agua de cola”.