BAHÍA DE LOS ÁNGELES.- Luego que por décadas esta comunidad estuvo mayormente sostenida por el arribo de turistas, la actividad pesquera formal se ha fortalecido, y con una inversión cercana a los 8 millones de pesos, gestionada por el Gobierno del Estado, hoy cuenta con mejor infraestructura y flota más moderna, para que decenas de pescadores puedan dedicarse al aprovechamiento de los recursos marinos y los servicios para las actividades acuáticas, en las paradisiacas aguas que bordean esa zona del Mar de Cortés.
Gracias a la intervención interinstitucional encabezada por la Secretaría de Pesca y Acuacultura (SEPESCABC), a cargo de Matías Arjona Rydalch, con el respaldo de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), entre otras dependencias, esta localidad situada a más de 540 kilómetros en el suroeste bajacaliforniano, tiene oportunidades para impulsar el desarrollo.
Descubierta en 1539 por el navegante Francisco de Ulloa, hasta hace pocos años, gracias a la voluntad de los mismos residentes organizados, y a la gestión de la administración estatal, los permisos para la captura de diversas especies comenzaron a otorgarse por parte de las autoridades federales, con mayores ventajas por los productores frente a los intermediarios.
La práctica de la pesca sustentable llegó a tal grado, que los propios hombres de mar tomaron la decisión de imponerse una autoveda, para la captura del pulpo, una de las especies más aprovechadas en la zona, misma que entre 2014 y 2017 generó capturas de superiores a las 74 toneladas anuales en promedio.
Otras especies aprovechables de importancia en la región son la cabrilla, con 76.5 toneladas anuales; el tiburón, con 32.7 toneladas; rayas y similares, con 30.5 toneladas; el jurel, con 36.6 toneladas; y el lenguado, con poco más de 20 toneladas, entre otras.