La nueva currícula del Programa DARE impulsa a los niños y jóvenes a conocerse a sí mismos, a empoderarse por medio de la educación, a que tomen sus propias decisiones, pero de manera informada, expuso la oficial operativa, Suhail Villa.
La mañana de este lunes acudieron como invitados al desayuno semanal del Grupo Madrugadores de Mexicali, que preside Alejandro Sumano, el presidente del Patronato DARE, David Mora Grijalva, su directora, Claudia Paola Menchaca Sánchez, así como la oficial, Suhail Villa.
DARE es el acrónimo de las palabras en inglés, Educación para Resistir el Abuso de Drogas, que se aplica a los centros educativos desde hace 26 años, y cuyo objetivo es el de eliminar o retardar drásticamente el consumo de tabaco y drogas ilegales en los alumnos que tomen completo el programa.
La oficial Suhail Villa, con más de 17 años de servicio dentro de este programa, que la nueva currícula de DARE está basada en el desarrollo socioemocional del niño, que sea responsable de las decisiones que tome, que sea consciente de qué impacto van a tener las decisiones que tomen.
“Porque es importante que él aprenda a comunicarse de manera asertiva, que aprenda a expresar sus emociones pero que también sea un escucha receptiva, que aprenda a escuchar a los demás sin entrar en un conflicto, llegar a acuerdo.
“O sea, basado en una comunicación asertiva, clara y libre, a cómo resistir la presión, tanto del entorno como de sus compañeros, la presión personal, y también el cómo ser un buen ciudadano, como él puede ayudar a otras personas así como hacerlos conscientes de que en algún momento, ellos han recibido ayuda”.
También es importante que identifique quiénes pueden ser sus redes de apoyo, en qué adultos o en qué personas de confianza puede apoyarse, no solo con su amiguito de un lado, sino sus padres, maestros, algún oficial de policía, cuando están en situaciones de riesgo.
De situaciones de riesgo se les habla de todo lo que está a su alrededor, no solamente de un ofrecimiento de drogas, sino como pintarte la escuela, que alguien diga, “ven, vamos a hacer esto pero no le digas a nadie”, ser testigo de algo, de alguna injusticia o un delito y que no haga nada.