De acuerdo a indicadores de seguridad, el 80% de las personas que delinquen en el Estado lo hacen mientras están bajo el influjo de alguna droga y la de mayor consumo es la metanfetamina, un estimulante sumamente adictivo que impacta directamente al sistema nervioso central.
Algunos de los homicidios más violentos que se han registrado recientemente en la entidad se han cometido bajo los efectos de esta sustancia.
Salvador Rico Hernández, director del Instituto de Psiquiatría del Estado (IPEBC), explicó que tras consumirla, la metanfetamina en cualquiera de sus presentaciones o formas de consumo, genera un estado de desinhibición y euforia, sensaciones que detonan además la agresividad.
De acuerdo con el especialista, el efecto de esta sustancia podría prolongarse hasta por seis horas pero quienes tienen un alto grado de adicción lo utilizan de manera frecuente.
Además de considerarse a la metanfetamina una de las drogas más adictivas, se trata a la vez de una de las más destructivas para el cerebro.
“Produce un deterioro cognitivo, es decir se daña el cerebro, lo que comúnmente se dice que ‘se quedan arriba’ y ya no hay una coordinación exacta, no hay un pensamiento adecuado y el paciente tiene conductas inadecuadas”.
Rico Hernández indicó que las secuelas del abuso de esta sustancia en ocasiones se registran en personas que la consumen por una vez y en otras aparecen después de años de abuso.
Tras la aprobación de la Ley Estatal de Justicia Terapéutica, aprobada por el Congreso del Estado en abril pasado, las personas adictas que cometan delitos no graves por primera vez tendrán la oportunidad de acceder a un proceso de rehabilitación.