Las actas 319 y 323 del tratado binacional de aguas, en las que se establecen los recortes a las asignaciones de agua del Río Colorado, se realizaron con opacidad del lado mexicano, no se dieron a conocer a la sociedad hasta que fueron firmadas, además, hubo inequidad entre las partes, debido a que México no presentó a sus expertos en el tema.
Lo anterior lo manifestó el investigador del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), Alfonso Cortez Lara, quien señala que nunca se explicó la metodología para explicar los recortes y los ahorros que se establecen en los citados documentos.
“Claro que fue inequitativo en el cómo se negoció, como se informó, y como se trasladó la información de los posibles impactos que iban a tener esos recortes en México, porque me preocupa que algunos funcionarios digan que estos recortes no van a tener ningún impacto, y lo siguen diciendo con los 128”.
LA VOZ DE LA FRONTERA publicó ayer las dudas que planteó el economista Enrique Rovirosa respecto a la equidad en los recortes de agua que le tocan a México, con respecto a los estados de la unión americana, ya que nunca se dio a conocer la metodología con la que llegaron a esas cifras.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), dio a conocer que para el próximo año habrá una reducción del agua que le toca a México del cauce del Río Colorado, de 128 millones de metros cúbicos (Mm3), mientras que en este 2022 es de 99 Mm3.
Cortez Lara mencionó que las citadas actas donde se establecen primero los recortes y luego los ahorros, se establecieron después del terremoto del 4 de abril del 2010 en Mexicali, primero la 319 en el año del 2012, y luego la 323 en 2017.
Estas actas representan la restricción con la que Estados Unidos pone para entregar menos agua a México, primero desecharon las tablas de los excedentes, después pusieron concreto al canal Todo Americano, con lo el Valle de Mexicali dejó de recibir 90 mm3 al año sin contabilizar, luego vienen estas actas.
Deficiencias
“Si nosotros vemos cómo se negocian las actas, y los actores de la parte americana la IBWC, se alimenta de diferentes entidades, no nada más gubernamentales, sino académicas ciudadanas, para negociar un acta, de este lado no ocurre lo mismo.
“De este lado, el único brazo técnico que tiene la CILA para irse a negociar, es el área de asuntos binacionales de América del Norte de la CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), eso sin decir que son sumamente opacos, reuniones a puerta cerrada, etcétera, etcétera”.
Comentó que de estas reuniones, tanto para el acta 319 como la 323, hubo reuniones a puerta cerrada, muy dispareja en cuanto a los actores que componen las delegaciones, es donde surge este famoso modelo de 24 meses.
Este modelo de 24 meses incorpora variables hidrológicas, climáticas, para poder establecer cómo se van a proyectar los valores en la Presa Hoover el 1 de enero del próximo año y que definen el nivel de recorte de agua, sin embargo, desconocen cómo funciona ese modelo, cómo se corrigen o se ajustan los parámetros de ese modelo.
“Es muy difícil cómo se determina o es muy difícil ver, o nos hace decir a las personas o a los tomadores de decisiones, que el próximo 1 de enero, el nivel de la Presa Hoover va a estar por debajo de 1 mil 075, o de 1 mil 050, o de 1 mil 025, dependiendo, entonces entra en operación, tal nivel de reducción”.
Cortez Lara señaló que más que la forma científica del modelo, es más bien la manera en cómo se llega al consenso entre dos partes, que en este caso, la parte estadounidense es muy fuerte, son 7 estados de la unión americana que componen la cuenca, mientras que la parte mexicana es relativamente más débil.
La CILA debe incorporar más actores, pero no de manera selectiva, debe sumar a la sociedad civil, de la academia, gubernamentales estatales, federales y municipales, ampliamente, democráticamente, pero mientras no se corrija esa parte, habrá muchas dudas de cómo se negocia.
Opacos
Cuando se firmó el acta 319 en Coronado, California el 20 de noviembre del 2012, hubo un reclamo fuerte de la sociedad, ya que nadie sabía el por qué se firmó, ni por qué esos volúmenes, ni por qué esos recortes, lo mismo ocurrió en 2017 con el acta 323, ya que de repente apareció firmada.
El acta 323 tiene 9 medidas, que incluye medidas cuando haya condiciones altas en las presas, condiciones bajas en las presas, para la salinidad, sobre la variación de los flujos que se entregan a México, para el medio ambiente, para proyectos de inversión con dinero estadounidense en México, y para nuevas fuentes de agua.
Cortez Lara cuestionó que no se haya discutido todos y cada uno de esos puntos, de cara a la sociedad, tal y como se hizo en Estados Unidos, pero no se hizo, y ahora se están aplicando esas medidas.