Un regalo de la naturaleza para quienes arriban a este mundo es la protección natural, de ahí que la lactancia materna exclusiva (LME) es uno de los mayores presentes que una madre puede dar a su hijo (a).
En el marco de la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna el Hospital Materno Infantil (HMI) promueve a la comunidad en general las ventajas de llevar a cabo esta alimentación que a su vez estimula el vínculo entre la madre y el recién nacido.
Fernando Campos Montaño, pediatra del Hospital Materno con más de 30 años de experiencia señaló que desde que se le dio al HMI el título “Amigo del Niño” se impulsó a la lactancia materna creando con esto la clínica de la lactancia que fomenta esta alimentación desde el primer contacto del bebé con la madre.
“En el hospital llevamos un modelo de manejo de 100% lactancia materna, tratamos de no darle fórmula a los niños y mucho menos utilizamos biberón con un único fin que la primera leche que reciba del bebé sea exclusivamente del seno materno y este modelo lo manejamos desde que el niño nace para que exista un apego a la madre”.
VÍNCULO MADRE/HIJO (A)
Una vez que las madres dan a luz se les coloca a sus bebés en el pecho o sobre los brazos dando con esto un pinzamiento tardío del cordón umbilical que favorece una transfusión de sangre durante un minuto de la placenta hacia él bebe con múltiples beneficios al recién nacido, mientras en el regazo de la madre amortigua transición en la que un ser humano sale del vientre al mundo exterior.
“Con esta acción se puede dar que el bebé evite llorar, este corto apego que tenemos en los primeros minutos de nacimiento favorece para crear en la madre un vínculo especial.
Se retira al bebé y se realiza una medición del bebé al nacer en menos de media hora, expuso el pediatra.
Explicó que la LME durante los primeros seis meses es suficiente para un bebé y a partir de ese momento se puede complementar la alimentación con fórmula, el tiempo que puede prolongarse esta lactancia materna puede variar hasta un año, dos años o más con la confianza de la madre para producir la leche que necesita el niño en base a sus necesidades.
“La primera leche que se produce es llamada calostro, esto durante los primeros tres a cinco días es clara y transparente, casi agua y escasa la cual contiene un alto contenido proteico que protege al bebé, es una vacuna viviente. La madre le da a su hijo todos los anticuerpos generados”.