Para disponer de forma correcta los desechos que genera en su hogar, Gregory López García es una madre de familia que segrega los residuos para después disponer de ellos en espacios donde se les realiza un buen confinamiento final.
Ella en el 2011 trabajaba en una empresa que se dedicaba a brindar el servicio a las maquiladoras de la recolección y disposición correcta de la basura, en donde con el fin de ser congruente, también implementó un programa interno de reciclaje en su centro de trabajo.
“Yo decía, nosotros como empresa vamos y vendemos este servicio, pero internamente no lo hacemos, entonces, lo que hicimos para ser congruentes lo implementamos dentro de nuestras oficinas”.
Fue hasta el 2013 cuando se decidió a replicar la misma actividad en su casa, época en la que todo aquello que era reciclable como botellas de plástico, botellas de vidrio, papel y cartón lo trasladaba a la empresa para disponer de ellos, pero tras encontrar otra oportunidad laboral, dejó de tener la facilidad de llevárselas a su trabajo para deshacerse de ellas.
Desde entonces generó el hábito de segregar los desechos, lo cual lleva a cabo pese a ir “en contra de la corriente”, en donde utiliza su propio tiempo y recursos para llevar dichos materiales a empresas donde les dan el debido tratamiento y disposición.
Gregory recordó que afortunadamente, en esa misma época la Fundación Hélice inició con sus “puntos verdes”, en donde se pueden depositar residuos eléctricos y electrónicos, papel, plásticos y aluminio, los cuales visita alrededor de cada dos meses para dejar lo que ha acopiado en su casa.
En tanto, las botellas de vidrio las lleva a una empresa que se ubica en los alrededores del bulevar Adolfo López Mateos, donde le reciben este desecho de manera gratuita.
Para desechar lo anterior no se cobra, pero solo debe de invertir sus propios recursos en transportar los desechos y obviamente su tiempo.
“Yo tengo carro y lo puedo ir a llevar sin problema, pero imagínate toda la gente que anda en camión, que no pueden salir de su casa tan fácilmente”.
Uno de los consejos que dio para acopiar de manera correcta y más fácil los desechos, fue enjuagar las botellas, con el fin de evitar que se manifiesten bichos o malos olores.
“Trato de no consumir botellas, pero sí las consumo de vez en cuando, también mi hijo o las visitas, nunca faltan de esas botellas y ya estando así limpias las puedo reutilizar, las vuelvo a llenar, ya cuando de plano tienen muchos usos las mando al centro de acopio”.
EL RETO
El esfuerzo que realiza Gregory de desechar los residuos es casi individual, por lo que cada que debe de convivir con el resto de sus familiares, admitió que les causa gracia cómo ella se toma tan en serio la necesidad de no generar tanta basura.
“De repente si me encuentro en el bote de basura alguna lata de aluminio, pregunto quién ‘¿tiró esto?’”, comentó, con el fin de concientizar a los demás de separar aquellos residuos que sí pueden ser reciclados.
Como ciudadana, comentó que es importante que primero se fomente la cultura ambiental y a aprender a segregar los desechos y ya una vez que las personas conozcan cómo hacerlo, que los Gobiernos implementen algún tipo de sistema de recolección diferenciada.
“Mi reflexión es que hay que empezar con la educación ambiental y no atribuirle al Gobierno que tome acciones y medidas si nosotros no lo estamos haciendo”.