El nuevo impuesto al sector de la construcción es un grave error del ayuntamiento, ya que al afectar a este sector lo hace también a otros giros que en conjunto tendrían un efecto multiplicador en la economía.
Roberto Valero Berrospe, presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California (CEEBC), explicó que el sector de la construcción es parte de una cadena productiva mucho más amplia, por lo que de inhibir su labor también afecta a comercios como las ferreterías, madererías, cementeras, los que comercializan tornillos y hasta los que se dedican a los servicios de aire acondicionado.
“La cadena es enorme y si tú estás cortándole, dándole un golpe en la yugular a ese sector, estás casi casi suicidándote”.
La construcción reflejó malos indicadores el año pasado, recordó, por lo que de acuerdo con las teorías económicas, lo que los gobiernos deberían hacer es invertir en obra pública, pero esto no se ha observado en varios años, tanto desde el orden federal como estatal.
“El gobierno federal tiene olvidada por completo la obra pública y en el caso de Baja California tenemos ya 12 años con cifras a la baja en el sector de la construcción”.
Bajos indicadores
Valero Berrospe refirió que en el 2019 las cifras en este sector mostraron indicadores inferiores a los que se presentaron durante la crisis del 2008, lo cual puede constatarse al observar el mal estado de las vialidades de esta ciudad.
Tan solo en Mexicali, agregó, hace varios años no se han construido obras de alto impacto, entre éstas el puente entre el Eje Central y Cataratas del Niágara, en los alrededores del fraccionamiento Santa Mónica o el paso a desnivel entre el bulevar Adolfo López Mateos y Lázaro Cárdenas.
Por lo anterior, puntualizó que los gobiernos deben implementar alguna estrategia, para evitar que se siga estancando al sector de la construcción.