Las largas filas que se generan para cruzar por la garita comercial ha afectado hasta en un 25% los gastos al sector exportador e importador, donde los transportistas ven retrasado los tiempos de entrega y con ello se afecta el trabajo, a las empresas y a los clientes.
La empresaria Leticia Sandoval refirió que el pasado jueves por la tarde la fila era tan larga que decidió sacar uno de sus camiones de la misma para volver a programar su cruce hasta ayer viernes, pues era evidente que no alcanzaría a hacerlo antes de las 20:00 horas.
Este retraso afecta a sus clientes y esto implica una carga para la empresa, pues debe continuar pagando a los chóferes por su trabajo, así como el del personal administrativo que despacha al conductor, a lo que le suma la falta de ingreso por no haber cumplido la entrega de dichos insumos.
“En lugar de que un chofer logre hacer dos servicios, solo hace uno y a veces ni eso por las largas filas; son sus ocho horas (de sueldo) más lo que sigue son horas extras, los gastos nos están tronando.
Un flete que no cruzó y le pagué horas extras y al final no cruzó, yo no le puedo cobrar al cliente horas extras, por que no es su culpa, entonces esto es una bola de nieve”.
“La fila fue lenta (el viernes) pero no tantas horas como el jueves, desgraciadamente se queda la mercancía sin cruzar, los clientes se molestan, pero la aduana no entiende, siguen con los mismos problemas de lentitud”, detalló.
Igualmente Moisés Negrete, director de logística de una empresa, relató que desde meses atrás contrataron personal para la temporada alta como lo es diciembre, sin embargo no han logrado avanzar en los cruces de mercancías de acuerdo a lo planeado.
Por ejemplo, el pasado jueves dos tractocamiones iniciaron la fila desde las 15:00 horas, pero por las revisiones que hace el personal de la aduana, apenas alrededor a las 20:15 horas logró llegar al arco de la aduana para desocuparse a las 22:00 horas.
También otros cuatro conductores con la misma cantidad de vehículos aspiraban hacer la fila por la tarde del jueves, pero decidieron ni siquiera intentarlo, toda vez que la fila de la garita comercial daba vuelta hasta la Calzada Cetys.
“Como no avanzaba preferí retirarlos, estuvieron ahí unos 40 minutos, es un gasto que tuvieron que hacer desde el cliente a la fila y después retornarlos a mi yarda”.
Por su parte, José Cárdenas comentó que además esto es riesgoso para la salud de los conductores al permanecer tantas horas en la fila, ya que evidentemente no pueden salir de la fila para comer, dormir e incluso ir al baño.
Por considerar a los chóferes, muchas veces deciden suspender el viaje para volverlo a programar, lo cual de nuevo, retrasa la operación.