La reducción de volúmenes de agua podría redundar en una escasez de forrajes como la alfalfa, y su consecuente aumento de precio, pero eso dependerá de cuánto se reduzca la superficie de siembra, manifestó el presidente de la Unión Ganadera Regional (UGR), Gustavo Rodríguez Cabrales.
Expuso que los ganaderos permanecen expectantes sobre qué es lo que sucederá con este recorte, ya que definitivamente sí les afecta, más aún siendo el Valle de Mexicali uno de los principales proveedores de forrajes del país.
Todo tendría que ver sobre la superficie de forrajes que se dejará de sembrar, ya que se podría generar una escasez que elevaría los ya de por sí elevados precios de la alfalfa, y encarecería los precios del producto final como la carne y la leche.
Ante ese escenario de escasez de agua, se presentan algunas alternativas como el de cambiar de alimento, aprovechar las buenas lluvias de la zona costa del estado, con lo que obtuvieron una buena producción de avena y cebada, el problema es que estos son cultivos de temporada.
También podrían importar forrajes de Estados Unidos, lo que les saldría más caro, o bien, buscar alfalfa deshidratada de otros estados de la República, lo que es complicado, ya que regularmente los ganaderos del país recurren al Valle de Mexicali para abastecerse de alimento para sus reses, señaló Rodríguez Cabrales.
ANTECEDENTE
Debido a la sequía más larga e intensa de los últimos 100 años en la cuenca del Río Colorado, se activaron las medidas establecidas en el Acta 323, por lo que para este año, Baja California dejará de recibir 99 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua, que se restarán de los 1 mil 850 Mm3 que recibe Baja California de su cuota anual.
Sin embargo, debido a que la sequía fue más intensa que lo estimado, el pasado 21 de marzo se firmó el Acta 330 que establece un recorte adicional de 493 Mm3 de agua, que para este 2024 será de 164 Mm3, que sumado a los 99 Mm3 del Acta 323, sumará un recorte de 263 Mm3 que se descontarán de la cuota anual.
El recorte no afectará a las ciudades de Baja California, pero sí al sector agropecuario, quién utiliza más del 70 % de este recurso.