Ferrocarril

Gustavo García Rivas

  · sábado 4 de marzo de 2017

El fraccionamiento de los ferrocarrileros podría calificarsecomo un ícono del desarrollo de Mexicali y parte de BajaCalifornia porque ahí fueron asentados en 1954 decenas detrabajadores entre personal técnico y directivos de la paraestatalFerrocarriles Nacionales de México (Ferronales), pues de ellosdependía el buen funcionamiento de este medio de comunicaciónterrestre.

Las vías férreas se convirtieron en el cordón umbilical queunió en aquel entonces a este apartado territorio del resto delpaís y hasta la construcción del tren en tiempos del sexenio delpresidente Lázaro Cárdenas la enorme extensión del desiertosonorense que se expandía hasta el valle de Mexicali lo apartabadel desarrollo y los acontecimientos nacionales.

En aquel entonces esta zona del Noroeste de México estaba másvinculada económica y socialmente con las entidades sureñas delos Estados Unidos y sirvió de pretexto, incluso, para asonadasindependentistas o rumores y tendencias sobre el interés delvecino país del Norte de hacerse propietario de nuestrapenínsula. La participación en el desarrollo regional es orgullopara los ferrocarrileros como el caso de don Adriel Gómez Sánchezo de Lorenzo Cortés Beltrán, quienes desde hace 20 añosconcluyeron un ciclo como empleados de la paraestatal y les tocóenfrentar su privatización que ahora con el puro servicio de cargase llama Ferromex.

Son pocos los que quedan ya, pues como es natural los pionerosde segunda generación en la construcción de este proyecto yquienes lo operaron han ido falleciendo, pero los que aúnsobreviven recuerdan con nostalgia cómo fue que se construyó elfraccionamiento en las cercanía de la estación antigua ehistórica de la que solo queda el recuerdo.

En dos etapas

Don Adriel dijo que el fraccionamiento se construyó en dosetapas, la primera entre 1958 y 1960 y la segunda en 1966 con lotesde alrededor de 200 metros cuadrados que fueron vendidos a losempleados en 60 mil pesos de "los de aquellos" con todos losservicios y que fueron adquiridos por gente que venía de otroslugares de la República Mexicana. De esta manera se constituyócon población migrante como en todo Mexicali cuyo crecimientodemográfico se alimenta de "etnias" de otras entidades como lo sonél mismo o de los "pioneros" del fraccionamiento de los que seacordó como Lorenzo Cortés, Gabriel Pedraza, Jesús Celaya,Enrique N., quienes todavía viven en el lugar.

De los fallecidos no se quiso acordar porque suman muchos y sumemoria, dijo, no da para más, aun así recuerda que elasentamiento se los entregaron urbanizado y con todos los serviciospúblicos, inclusive pudo ser que haya sido el primero en la ciudadcon drenaje pluvial, pero el cual, por su vejez, es recurrente engenerar problemas, pues no falta que con las lluvias se tape. “Lohemos reportado muchas veces a las autoridades y prometen que van avenir a arreglarlo y nunca vienen…”, señaló, junto con lascalles en mal estado con pavimentos dañados por la erosiónprovocada por el paso de los carros, el deslave de las lluvias yque según, nos dice que no les hace falta "una manita de gato"sino "una garra de tigre" para quedar bien urbanizadas.

Un desierto complicado Lo mismo por la entrada de la calleDesierto de Altar que es el único acceso que tienen, pues habíaotro más al Noroeste, pero fue tapado cuando se construyó eledificio de una refaccionaria y que aunque generó inconformidad selos quitaron y se preguntan qué pasará de registrarse unaemergencia, como algún incendio, un sismo o simplemente se tengaque atender un enfermo.

En las horas "pico" la entrada se satura con vecinos y padres omadres de familia que acuden a dejar y a recoger a sus niños queestudian en el preescolar y la escuela primaria "FerrocarrilSonora-Baja California". Por cierto, como pudiera pensarse quedeberían llevar los nombres de los pioneros constructores delferrocarril que, ya saben, vivieron una tragedia con la muerte enAltar, Sonora, de varios de sus compañeros, las calles delfraccionamiento llevan los nombres de las misiones que lossacerdotes católicos colonizadores impusieron a los sitios dondese asentaron.

Como por ejemplo, los de Misión San Borja, Misión de SanLoreto y el resto de las misiones que se construyeron a lo largo dela península y que en el fraccionamiento se alargan en callesdescuidadas, pero arborizadas, con vigilancia nocturna, que cuentancon una patrulla de barrio nocturna con la cooperación de losvecinos.

Don Adriel dijo que esto les ha permitido disminuir laincidencia de delitos que tenían lugar por la madrugada y parte dela noche, que es cuando más se cometían, aparte que les da másseguridad a quienes tienen que salir a esas horas, en tanto quedesde hace años, en el día se ven pocos varones caminando por susvialidades.

Un cercado seguro

Durante años esta fue una queja por la serie de robos y hastaasaltos que cometían en el vecindario y eran recurrentes, porejemplo, del secretario general del Sindicato de los JubiladosFerrocarrileros, Lorenzo Cortés Beltrán, que se quejaba, teníaque hacer pública la inconformidad para que las autoridades leshicieran caso.

No obstante la presencia de extraños disminuyó luego queFerromex hace tiempo construyó un cerco perimetral en susinstalaciones además de que a los "trampas" que viajan de maneragratuita, son bajados en la zona rural, principalmente porPascualitos, medida que adoptaron, también, por los robos queregistraba la misma empresa.

Esta fue una situación que benefició a los residentes delFraccionamiento, aunque no deja de haber incidentes como el asaltoque sufriera una señora y su trabajadora doméstica en que uno omás individuos se metieron a la fuerza y las golpearon, lo queocasionó que el ama de casa, por su edad se enfermera y finalmentefalleciera.

Los alijadores y de “perrego”

Pero vamos a otras partes, el fraccionamiento forma parte de unazona urbana muy unida al desarrollo del Ferrocarril que tuvo unagran actividad cuando funcionaba el tren de pasajeros eliminadojunto con su famosa "Bala" y "El Burro" cuando se decidió laprivatización de la paraestatal Ferronales.

En torno a este romerío que se generaba cubrieron una historiade décadas, dio vida a diversas actividades económicas de la cualvivieron las familias pioneras y las actuales que no las handejado, una de ellas, el trabajo de la descarga con la existenciade los llamados "alijadores" cuya descendencia aún batalla. Laotra es el archifamoso corredor callejero de los “tacos delperrocarril” o “de perrego" como chistosa y cariñosamente esconocida esa cuadra pegada a un cerco de alambre en donde desde ladécada de los cicuenta se establecieron estos taquerosespecializados, cada uno, con un “buquet” o sabor especialdependiendo del origen del vendedor.

De los primeros, el nombre de alijador es desconocido paramuchos aunque mencionado por algunos que tienen que combinarlo conla de cargadores y su definición etimológica es larga como larazón social del sindicato, pues es un sustantivo hermafrodita, esdecir masculino y femenino que quiere decir descargar. En laantigüedad era utilizado para quienes hacían tareas de descargaen distintas embarcaciones, bajar o echar a tierra o el sentido queprevaleció en la definición y significado, de pulir, abrillantaro limpiar algo, especialmente madera con una lija o papel hecho coneste material. Continuará 

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