El fentanilo es la segunda droga que más aparece en los cuerpos que ingresan al Servicio Médico Forense (Semefo); la primera es el “cristal”, informó César Raúl González Vaca, director de esa dependencia del Poder Judicial del estado.
Desde junio del 2022 al mismo mes del 2024, realizaron pruebas de sangre, orina o de raspado en la boca, para analizar el cien por ciento de los cuerpos que ingresan al Semefo en Tijuana y Mexicali.
Las cifras
Las estadísticas que emitidas tras dos años de evaluación, revelan que el 60 por ciento de los cuerpos en Tijuana dieron positivo a consumo de alguna droga, y de estos, el 20 por ciento a fentanilo.
En Mexicali el 50 por ciento resultaron positivos a consumo de estupefacientes y el 20 por ciento de ellos a fentanilo.
En cifras, en Mexicali se evaluaron a 2 mil 241 cuerpos, de los cuales mil 116 dieron positivo a drogas y de ese grupo 485 a fentanilo.
En el caso de Tijuana se realizaron las pruebas a mil 400 cuerpos, de los cuales 885 salieron positivos a alguna droga, y de ese grupo, 179 a fentanilo.
González Vaca puntualizó que la hipótesis inicial era que Tijuana tendría más consumo de fentanilo, sin embargo la mayor presencia de dicho opioide se dio en Mexicali.
La estadística que elaboraron confirma que el porcentaje de consumo es similar entre hombres y mujeres, y que la edad promedio es entre los 30 a 40 años.
Advertencias sobre este opioide
El gobierno federal de México ha advertido que el fentanilo es un opioide sintético 100 más potente que la morfina y 50 más que la heroína; su uso médico controlado es para quitar dolores crónicos y anestésico en las cirugías.
En las calles es encontrado en forma de pastillas, cápsulas, polvo e inyectable, pero principalmente mezclado con otras drogas como la heroína y, en muchas ocasiones, el consumidor no tiene conocimiento de que la dosis tiene fentanilo.
La Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) detalla que esa droga produce relajación, euforia, alivio del dolor, sedación, confusión, somnolencia, mareos, náuseas y vómitos, entre otras reacciones.
Una sobredosis puede causar dilatación de pupilas, piel húmeda, cianosis, coma e insuficiencia respiratoria, con riesgo de muerte.
El auge de su consumo en Baja California, fue la principal causa de que el Semefo realizara desde hace dos años la evaluación en cuerpos en Mexicali y Tijuana; próximamente lo hará en Ensenada.
Es la única dependencia forense en realizar dicho procedimiento en todo México.
Xilacina
En abril, el gobierno federal alertó a Baja California por la presencia de xilacina, sedante de uso veterinario y que no debe ingerir el humano, mezclada en drogas como la heroína.
Detectaron su presencia en 300 muestras analizadas; en Tijuana y en Mexicali, se encontraron 35 residuos de heroína mezclada con xilacina y en 26 con fentanilo.
Sin embargo, al corte de agosto, en Baja California no hay pruebas, ni maquinaria para medir la presencia de xilacina en pacientes, en drogas o en cuerpos en el Semefo.
“No hay pruebas, no existen; se ocupan aparatos y recursos que cuestan entre tres y cuatro millones de pesos, más el mantenimiento anual”, declaró Gónzalez Vaca.
Abundó que hay necesidad de medir la droga y que no descarta que existan fallecimientos provocados por consumo de xilacina, pero no se está midiendo.
Los recursos para adquirir dicho tipo de máquinas dependen del Poder Judicial del estado, al que pertenece el Semefo.
En Baja California
Por parte del secretario de Salud estatal, Adrián Medina Amarillas, reconoció que el consumo de drogas en Baja California es un problema de salud pública.
Esta entidad se encuentra en proceso de incorporarse al IMSS Bienestar y tras materializarse este proceso, la Secretaría de Salud estatal quedará a cargo del Instituto de Psiquiatría y los establecimientos de salud mental y adicciones.
Estas instancias locales trabajan un programa piloto en el que participarán especialistas de Canadá y Estados Unidos y del gobierno federal de México, quienes realizarán el próximo mes un recorrido por la zona conocida como El Bordo, en Tijuana, para medir la presencia de fentanilo y xilacina.
Medina Amarillas precisó que las metanfetaminas son las de principal consumo, pero que en los sondeos en centros de rehabilitación, ya mencionan el fentanilo y que las personas que ofrecen drogas, buscan potencializar los efectos con mezclas como la xilacina.
“Si logramos detener el consumo del fentanilo, podemos evitar el de otras drogas e impedir que fallezcan”, puntualizó.