Mediante la conocida Rosca de Reyes de la panadería Hermanos García, que es altamente popular en esta ciudad, la señora Malena García Aguilar comparte un poco de la historia y tenacidad de su familia proveniente de Guanajuato.
Malena, empresaria cachanilla, es descendiente de Lino García y su madre, Amelia Aguilar. Lino junto con sus hermanos, Luis, Vicente, Rodolfo y Salvador colaboraron en consolidar la empresa que ahora da trabajo a 22 personas, quienes llegaron a Mexicali, después que su madre, Lola, quedara viuda.
La familia García ha creado un equipo de trabajo que a su vez permiten a los cachanillas degustar las roscas que van de la mano con la celebración que rememora la llegada de los tres reyes magos para ver al niño Dios, según la religión católica.
Malena estimó que su familia llegó a tierras cachanillas en los cuarenta, mientras que la primera vez que se encendió un horno para la venta de pan fue el 23 de noviembre de 1954, justo en donde era la casa de sus padres y ahora es su negocio, en la colonia Esperanza.
Para ella, el toque especial que tienen las roscas que venden los García, es la proporción de canela, naranja y mantequilla, aunque naturalmente primero se debe de crear la levadura o “pata”, como le llama la experta.
“Primero se prepara unas cuatro horas (la levadora) con huevo, un puño de sal, medio galón de leche, ya que se fermenta se le echa la preparación de la masa, canela, naranja, mantequilla y leche, azúcar y vainilla”, explicó.
Además, el relleno de la rosca tiene ate, membrillo y camote, los cuales se van deshaciendo una vez que se hornean, permitiendo crear otra textura junto con la pasa, cacahuate y biznaga, dando una explosión de sabores.
“Las roscas son dormilonas” era lo que le decía uno de sus tíos, recuerda Malena, ya que de pequeña le extrañaba cuánto tardaban en hacerse, sin embargo es un arte que domina desde hace doce años.
El legado de su familia ahora puede ser probado en los hogares mediante este postre que consume sobre todo la población católica, aunque Malena aseguró que este delicioso pan no tiene fronteras, siendo que desde muy lejos vienen clientes a llevarse una rosca de la panadería Hermanos García.
“Me dicen mis clientes que es tradición de su familia venir a la panadería por su rosca; mandé una a Washington (recientemente)”.