Más de un centenar de personas, entre mujeres, adultos mayores, niños y trabajadores, desayunan y comen a diario en el Comedor Comunitario que funciona dentro de la asociación Cobina en plena zona centro de Mexicali.
Aunque la cuota es de quince pesos hay quienes por diez o menos reciben un platillo con verduras, arroz, pollo o carne y tortillas además de agua fresca y gelatina.
Éste y los otros 145 comedores que comenzaron a funcionar en Baja California a través de la extinta Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la pasada administración federal van a desaparecer por determinación del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Altagracia Tamayo ha operado el comedor desde hace siete años y aunque desde 2018 no recibe los recursos materiales para mantenerlo, con sus propios medios y la aportación de los comensales sigue sirviendo más de 700 raciones de alimento a la semana.
“Este programa lo tomé de una convocatoria del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y Delincuencia, ahora ni convocatorias va a ver, ¿cómo le vamos a hacer?”.
En el comedor comunitario de Cobina comen cada día hasta 170 personas, en su mayoría de origen migrante y adultos mayores.
“Me cuesta 28 pesos con 70 centavos darle un alimento a la gente, servimos dos y la gente nos dona lo que puede hasta cinco o diez pesos, atenemos a toda la gente desde madres solteras, niños, adultos mayores y trabajadores que no les alcanza para comer”.