Hasta el momento, la delegación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) en Baja California, ha expedido 19 mil 119 hectáreas para el cultivo de trigo, cebollín y avena forrajera, entre otros, para el presente ciclo agrícola Otoño-invierno 2023-2024 el Valle de Mexicali.
Lo anterior representa un avance del 29.37 %, de las 65 mil 083 hectáreas programadas, para el presente ciclo agrícola que inició el pasado 1 de octubre, informó el encargado de la oficina de SADER en Baja California, Juan Manuel Martínez Núñez.
Destacó que por superficie, la expedición la encabeza el cultivo del trigo, con una superficie de 8 mil 812 hectáreas, de un programa inicial de 39 mil 038 hectáreas.
El funcionario comentó que dicho avance es ligeramente superior al registrado el ciclo agrícola pasado 2022-2023, a estas mismas fechas, cuando se habían entregado permisos para el establecimiento de 8 mil 462 hectáreas, de acuerdo con datos reportados por el jefe del Distrito de Desarrollo Rural 002, Río Colorado –Valle de Mexicali-, Carlos Zambrano Reyes.
Al “Rubio Cereal”, le sigue el cebollín con 2 mil 462 hectáreas. La superficie planificada para esta hortaliza, es de 3 mil 953 hectáreas, por lo que el avance registrado al 25 de octubre, era del 62.28 %.
En tercera posición se ubica la avena forrajera con la expedición de 1 mil 877 hectáreas. De conformidad con lo planeado por los Módulos de Riego, en este ciclo podrían estar sembrando 4 mil 843 hectáreas con este forraje, que en los últimos ciclos agrícolas, se ha ido incrementando de manera importante.
Seguido de la avena, se sitúan el rye-grass con 856 hectáreas y los cultivos varios, tradicionalmente hortalizas, con 5 mil 112 hectáreas.
El representante de la SADER comentó que al miércoles de la semana pasada, ya se reportaba la siembra de 1 mil 997 hectáreas con cultivos varios, en su mayoría, hortalizas.
Finalmente, Martínez Núñez recomendó a los productores que están por iniciar sus siembras, que utilicen semillas certificadas de preferencia, que siembren en las fechas recomendadas por los institutos de investigación y que aprovechen al máximo el recurso agua, con la finalidad de que se incrementen los rendimientos promedio de sus cultivos y obtengan una mayor rentabilidad económica al final de la cosecha.