Problemas como deudas, acumulación, depresión, insomnio o ansiedad son algunos de los que se presentan en personas con un trastorno de compras compulsivas, el cual puede pasar años sin ser detectado, advirtió la directora de Prevención y Promoción a la Salud del Instituto de Psiquiatría de Baja California (IPEBC), Ana Luisa Zatarain Carrillo.
Si bien el comprar no es considerado un problema patológico, en el momento en que esta conducta se empieza a asociar con el estado de ánimo de las personas se convierte en un problema de control de impulsos, como podría ser el consumo de sustancias, la ludopatía y la cleptomanía.
INDENTIFICACIÓN
Asimismo, debido a que es una conducta aceptada socialmente, es difícil que se identifique un problema de consumo compulsivo de manera temprana, y no es hasta que se comienzan a ver los resultados, como el uso excesivo de tarjetas de crédito o préstamos, que se llega a identificar.
“Cuando vienen con nosotros vienen por síntomas ansiosos como insomnio o ataques de pánico, o síntomas depresivos; esto es ya consecuencia de meses o incluso años de estas compras compulsivas, entonces cuando empezamos a rastrear desde cuándo tiene problemas para dormir, generalmente está asociado a problemas económicos”
De acuerdo a la entrevistada, esta conducta compulsiva es más común entre personas mayores de 25 y hasta los 50 años, sobre todo adultos jóvenes, aunque también puede llegar a presentarse en adolescentes de familias con cierto poder adquisitivo.
Aunque se trata de un padecimiento más socialmente aceptado y relacionado a las mujeres, los hombres también pueden llegar a presentar un trastorno de compras compulsivas, aunque los productos que se adquieren son diferentes.
“En mujeres se nota mucho más porque está esta parte social en donde una mujer mejor vestida, que se ve que puede comprar cosas de maquillaje, la ropa o zapatos, es más exitosa o más guapa; y los hombres lo que se ha visto que compran más son relojes y equipos eléctricos o electrónicos como cámaras de seguridad, un mejor audio, el Xbox, los controles”
SENSACIÓN DE BIENESTAR
Según lo señalado por Zatarain Carrillo, el comprar se convierte en un comportamiento compulsivo cuando se asocia a las áreas de recompensa del cerebro, lo que puede generar un comportamiento adictivo y que las personas que no puedan salir de compras comiencen a sentir un vacío.
“Frases como necesito ir a comprar, no tengo nada que hacer, me siento mal; ya hay una asociación directa, algo muy similar a lo que pasa con el alcohol; me siento triste, me siento ansioso, ocupo una cerveza o un vinito, ya asociamos esta sensación de bienestar a una sustancia o un comportamiento”
Resaltó además que en muchos casos las personas que desarrollan estos comportamientos compulsivos no cuentan con otra actividad placentera o de auto cuidado que les dé una sensación de autonomía, además de presentar malos hábitos de sueño, alimentación y ejercicio.
En épocas de fin de año, con promociones como el Buen Fin, Viernes Negro o de Navidad, la especialista hizo un llamado a la población a enfocarse en comprar sólo lo necesario, mantener una lista de compras y asegurarse de que lo que se compre atienda a una necesidad real, no emocional.
“Quizás necesites algo y puedas aprovechar la oferta, quizás es agradable comprar un regalo, pero no más allá de lo que podamos pagar y no van a suplir otras necesidades como pasar tiempo en familia, como un abrazo, como la convivencia; eso no tiene precio, y no lo va a comprar con un regalo”
Para aquellas personas que consideren que pueden tener un problema de compras compulsivas, la directora invitó a acudir al Instituto de Psiquiatría del Estado o en su caso llamar a la línea 075 para recibir asesoría sobre su padecimiento, ya que en la mayoría de los casos las personas sólo requieren un cambio de hábitos para mejorar su situación.