Un estimado de entre 27 mil y 29 mil hectáreas de trigo en general, es lo que se estima se podrían sembrar para el próximo ciclo agrícola otoño-invierno 2023-2024, lo que representaría una continuación de una caída de alrededor del 50 % en un periodo de 10 años.
El próximo 15 de noviembre inicia la siembra del trigo en el Valle de Mexicali, tanto en su variedad cristalina, que es para la elaboración de pastas, así como la panificable o harinera, que es para la elaboración de galletas y pan.
Debido a los bajos precios del trigo en el mercado internacional, así como la falta de créditos, la superficie de siembra de trigo, ha venido a la baja en al menos los últimos 10 años, ya que en el ciclo 2013-2014 se sembró una superficie de 58 mil 3421 hectáreas.
Para el ciclo 2022-2023 la superficie ya había disminuido a 36 mil 503 hectáreas, mientras que en el que acaba de pasar, el ciclo 2023-2024 solo se sembraron 31 mil 605 hectáreas.
El encargado de la delegación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Agropecuario (SADER) en Baja California, Juan Manuel Martínez Núñez, comentó que por el momento no hay certeza sobre cuánta superficie de trigo se sembrará en este próximo ciclo agrícola, solo tienen estimaciones.
Pero lo que sí es seguro, es que las 15 mil hectáreas de trigo panificable se van a mantener, ya que el mercado local requiere de 80 mil toneladas, por lo que los productores tienen asegurada la compra y la venta de esta variedad.
Martínez Núñez mencionó que en la próxima administración federal que inicia el 1 de octubre, continuará el programa de precios de garantía para el trigo panificable, y que es muy probable que se ubique por encima de los 7 mil 050 pesos por tonelada para el año 2025.
Es decir, es probable que el programa suba un 4 % o 5 %, pero eso se sabrá hasta que se publiquen las reglas de operación.
“El problema para Baja California y en particular para Mexicali es el trigo cristalino, ahí es en donde no sabemos en qué rango va a andar, yo considero que vamos a andar entre las 10 mil y 12 mil hectáreas de trigo cristalino, con lo cual estaríamos llegando a las 27 mil o 29 mil hectáreas de trigo en general.
“Pero esto va a depender mucho de que la industria del trigo cristalino, los productores de pastas y de sémola, presenten un buen cuadro de incentivos al productor, nosotros seguimos entrándole a los 200 pesos por tonelada para compra de cobertura”.
El mercado internacional está muy deprimido, este año que concluyó, los industriales tuvieron que ir por encima del precio internacional más bases, para poder mantener a sus productores, en cierto modo, satisfechos, y si este año no le hacen así, no van a tener ni la mitad de lo que necesitan para su industria, expuso el funcionario federal.
Es por ello que ya se está trabajando con las industrias para ver cuánto van a absorber en cuanto a los apoyos que le brindarán a los productores, mencionó el encargado de la delegación de la SADER.
Sobre la nueva molinera que se instalará en el Valle de Mexicali, y la que se piensa se colocará la primera piedra dentro del primer trimestre del año, que demandará trigo panificable, empezará a operar hasta dentro de 3 años, sin embargo, se trata de un incentivo para la producción de esta variedad de cereal, y es donde hay que apostarle, aseveró Martínez Núñez.