Con el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera Sur, las autoridades estatales esperan un impacto favorable para el Norte, principalmente para el control de los flujos y la identificación de quienes vienen en busca de alcanzar el sueño americano.
Gustavo Magallanes Cortés, director de Atención al Migrante en el Estado, recordó que en este punto convergen dos flujos migrantes de centroamericanos, por un lado los que llegan procedentes de la frontera Sur y por otro los más de 5 mil que han sido devueltos de Estados Unidos luego de solicitar asilo humanitario.
“Han regresado a Baja California más de 5 mil personas, ellos están aquí esperando su resolución de la autoridad norteamericana migratoria y es una situación compleja que pone en aprietos a las autoridades y los albergues”.
Poner control en la frontera Sur, comentó, propiciaría primero una regulación en el flujo de personas que ingresan al país y además favorecería su identificación, es decir que llegarían a esta zona ya contando con visa humanitaria del Gobierno mexicano.
Esta semana en solo dos días a Mexicali arribaron poco más de 200 centroamericanos que desean cruzar la frontera aunque desconocen exactamente la forma en la que lo harán.
Los albergues continúan saturados y además no han dejado de atender a los mexicanos que también siguen llegando, algunos apenas del Sur y otros repatriados de Estados Unidos.
Magallanes indicó que la situación migratoria agudiza sobre todo por la falta de los recursos federales.