Desde hace una semana, 150 pacientes diagnosticados con cáncer, suscritos al Seguro Popular, no han podido recibir su tratamiento de quimioterapia en la Unidad de Especialidades Médicas de Oncología (Uneme), ubicada al Oriente de la ciudad.
Los médicos que atienden ahí a pacientes de todo el Estado, simplemente les dicen que los medicamentos no han sido surtidos.
Carmen, diagnosticada con cáncer de seno en septiembre pasado, no tuvo más opción que pagar hace una semana 2 mil 500 pesos por una dosis del medicamento con tal de no perder su ciclo de quimioterapia por segunda ocasión.
El tratamiento se vende por los propios distribuidores de laboratorio a las afueras de la Uneme.
“Si estamos inscritos en el Seguro Popular es porque no tenemos dinero, de lo contrario iríamos a un particular; la persona que surte esos medicamentos nos cita ahí mismo en el hospital, entrega a farmacia y lo pasan al área de quimioterapia”.
Vienen de lejos
Soledad Hernández viaja por lo menos una vez al mes de Tecate a Mexicali para traer a su madre, María Guadalupe Hernández, a su cita de quimioterapia en la Uneme.
Ambas se trasladan en un vehículo pick up con placas americanas porque es el único medio que tienen para venir hasta acá.
El miércoles la paciente y su hija se encontraron con la sorpresa de que el sobrante del medicamento que adquirieron de su propia bolsa y que guardaron en instalaciones de la unidad médica fue tirado a la basura por orden de la titular del área de Laboratorio.
Soledad abordó al director de la Uneme Oncología, Miguel Ángel Martínez Andrade, quien le explicó que por políticas internas no es posible resguardar medicamentos.
“Le dije que si no nos están dando el tratamiento y yo con sacrificio lo estoy comprando ¿me lo tiran?; las palabras del director, tristemente lo digo, fueron ¿Qué quieres que haga? ¿Que aplique agua en el suero y estés conforme con eso?”.
La señora María Guadalupe tiene 15 días sin recibir el tratamiento que debe suministrarle la Uneme al ser derechohabiente del Seguro Popular.
Con lágrimas en los ojos, Carmen y Soledad hicieron un llamado a la Secretaría de Salud para que reactive la atención médica para tratar la enfermedad que representa la segunda causa de muerte en Baja California.