El perder a un familiar siempre es doloroso, pero, el perderlo sin tener acceso a él minutos antes de su deceso y que éste sea derivado de una enfermedad tan infecciosa como lo es el Covid-19, es un viacrucis para aquellos que les toca lidiar no solo con la enfermedad del ser querido, sino con la burocracia que en estos momentos se da por la magnitud de esta pandemia mundial.
Eulalio, de 51 años, un taxista de Calexico, California, fue diagnosticado con coronavirus el lunes 6 de abril, dos días después de presentar síntomas de gripa que fueron incrementando hasta quedar entubado en el Hospital General y posteriormente, perder la vida.
Dora Álvarez, cuñada del quincuagenario, recordó que tanto él como toda la familia, no creían en la magnitud de esta epidemia, por lo que nunca imaginaron siquiera que sus malestares pudieran estar relacionados a un posible caso de Covid.
“Decían que esto no es cierto, inventado, y de ahí parte el no cuidado, la no responsabilidad de quedarte en casa, de protegerte”.
El viacrucis
Después de ser consultado el 4 de abril en Mexicali por una gripa, el paciente fue acrecentando sus síntomas, los cuales le llevaron a ir con su médico a Estado Unidos el lunes 6, cuando lo diagnosticó con Covid, le dio tratamiento y lo mandó a casa, sin embargo, al sentirse cada vez peor, buscó a su familia cachanilla, que finalmente lo internó en el Hospital General.
Además de contar con obesidad, Eulalio padecía de una afectación cardíaca y otra en el hígado, factores que fueron determinantes para que el coronavirus lo atacara de manera fulminante.
“Los síntomas, que en un inicio parecían de una simple gripa, iniciaron el sábado 4 de abril, para el miércoles en la madrugada él ya no podía respirar y fue cuando lo llevamos al Hospital General, ya ahí yo me hago cargo de él, porque yo conozco a gente ahí, pero no creí que ya no lo iba a volver a ver”.
Dora señaló que desde su ingreso hasta su fallecimiento, la madrugada del viernes 10, no pudieron tener comunicación con él ni conocer su condición de salud, sin embargo, gracias al personal de enfermería que realizaron una serie de mensajes, pudieron saber de Eulalio un día antes de su partida.
“Nosotros recibimos el mensaje el jueves y como a las 21:00 hora es cuando me llaman que lo iban a entubar; él fallece a las 2:00 horas del viernes”.
A pesar del dolor de haber pedido a su ser querido, Dora y toda su familia han creado conciencia y entendido que la enfermedad sí existe y que ahora, en memoria de él, deben mantener los cuidados necesarios y atender las recomendaciones que emiten las autoridades para no incrementar los casos de esta enfermedad.
“Nadie está preparado, o nadie acepta y está consciente, aunque esté plenamente informado, para que te toque a ti, te toque vivir con un ser querido, lo ves por las noticias, algo lejano y desafortunadamente esta situación la vivimos así toda la familia”.