Alfonso Sereno, un egresado de la escuela primaria Leona Vicario, quien ahora es empleado de la Benemérita escuela, admitió que aunque él nunca ha visto o escuchado cosas extrañas en la escuela, puede que las personas que sí son sensibles a eso, lo hayan notado.
Hace una semana, una persona le aseguró que observó a alguien pararse en la escuela, cuando realmente no había nadie más.
“Hay personas como mis compañeros, a lo mejor ellos sí lo han visto. Por ejemplo el jardinero de la semana pasada me dijo que vio una persona estaba parada aquí; se puso amarilla la esposa, la escuela estaba sola”, expresó.
Hay gente que dice que ha escuchado la música de un piano, cuando en la realidad no hay nadie tocando, ni en el salón de actos, ni en el sótano, donde se encuentra un piano más antiguo, con cual que se empezó a dar clases de música en esta primaria que cumplió cien años de existir.
En el sótano ya no se imparten clases. Ahí descansa el piano que es considerado como una reliquia para todos los que alguna vez estudiaron o trabajaron en la escuela.
Él recuerda que cuando era estudiante, aproximadamente en 1984, ahí pasó muy buenos momentos, para lo cual rememora con cariño la influencia de la maestra Lupita Vidauri.
“Es un orgullo estar aquí y seguir estando aquí, en el plantel”, menciona orgulloso.