Ramón, así a secas, sin más letras que no se pronuncian cotidianamente cuando buscan acercarse a su persona, nos platica que el clima no es algo que lo preocupe por más caliente que sea “El clima me tiene más miedo a mí”.
Nos confía que más allá del intenso calor, a veces siente más el golpe de la soledad , por lo que prefiere acudir en las noches a un refugio para intentar tener una charla y no por descansar.
Con más de 70 años, aún dice sentirse fuerte y con la ilusión de un día cruzar a Estados Unidos, pues algún tiempo vivió allá, antes de ser deportado y deambular por las calles intentando sobrevivir.
“Ni perro tengo, lo más aquí que tengo es un galón de agua y ahorita ya ves que se está acabando”. Expresa.
Recalcó antes de tomar su galón y emprender el camino, que él no es de ninguna tierra, no tiene arraigo, ni familia, “solo sigo y sigo solo”.