En los negocios familiares, la participación de las mujeres muchas veces no se toma en cuenta para la toma de decisiones. Sin embargo, existen algunas excepciones, como el negocio de la familia Moreno Welisch, en donde su matriarca, la señora Estela Welisch de la Fuente, es quien administra la oficina del establecimiento de frenos y suspensiones.
La personalidad y el aspecto de la mujer de 90 años llama la atención a los clientes del negocio, pues a simple vista se puede observar su calidad humana y su educación.
También resalta que la administración de este negocio la hacen a mano. Esto, gracias a la atención al detalle que tiene la madre y abuela, pero también a la experiencia que adquirió de joven trabajando para el Banco de Comercio, en donde conoció al que fue el padre de sus hijos.
“En mi vida yo nomás una semana, cuando me casé, no trabajé”, compartió Estela, admitiendo que sólo por siete días se fue de luna de miel con su esposo, el señor Alejandro Moreno, quien ya falleció.
Cuando regresaron de la luna de miel al negocio, su esposo se llevó la sorpresa de que ya no regresó la muchacha que le ayudaba a administrarlo, por lo que desde entonces y hasta la fecha sigue estando al pendiente de lo que necesite el negocio, pero también sus hijos.
Ella a más tardar llega a las 9:00 de la mañana al negocio, cuyo acceso es desde un callejón de la colonia Industrial.
El Banco de Comercio
En aquel entonces, mencionó que aprendió a ser muy disciplinada con el manejo de los documentos y el flujo de efectivo, pues en aquellas épocas había muchos billetes de baja denominación, lo cual era complejo de manejar. “10 mil pesos eran un mundo de dinero, mucho papel, entonces, cuando pagábamos por ejemplo a los agricultores, no te estoy exagerando, había alteros de billetes, había billetes de 5 pesos y hasta de un peso”, explicó.
A Estela quisiera haber estudiado la Universidad. Entre sus intereses, se encuentra la fotografía, pero también estudiar Química, licenciatura que sí pudo estudiar la primera de sus descendientes, su hija Alejandra.
“A través de la edad, de tu vida, que vas viviendo, si tú quieres, vas aprendiendo y si no quieres, también aprendes, pero no aprendes de la misma manera. Te llegan conocimientos que necesitas, pero cuando estás en un trabajo por muchos años y que es tuyo, de tu familia y de tus descendientes, pues pones un poco más de atención”.
ESTUDIOS EN CALEXICO
A Estela le sorprende cómo resultó su vida. Una vecina le recomendó ir a preguntar por aquel empleo que tuvo en el banco. Ahí se quedó y precisamente ahí conoció a su esposo, uno de los clientes.
Ella terminó de estudiar en la Secundaria 18 de Marzo y después se fue a estudiar inglés en Calexico en la Mission School.
“Antes no había a dónde irse a estudiar, era lo máximo irse a estudiar inglés a Calexico”, manifestó.
Un consejo para tener una vida longeva y feliz, dijo, es que hay que procurar mantener la salud, admitiendo que del lado de su familia paterna, los Welisch, sus genes son de personas que vivieron vidas largas. El último de sus tíos que murió, vivió 101 años, falleciendo aún con buena salud, de una manera digna.
“Si no hay salud, no se puede hacer otra cosa. Se cansa uno fácilmente, como le pasa a mis amigas que ya no pueden salir, por lo que las visito yo”, comentó.
SOBREVIVIENTE DE CÁNCER
Estela es sobreviviente de cáncer cervicouterino, el cual le detectaron en 1998 y para evadir la enfermedad, le quitaron la matriz. Desde entonces, el cáncer nunca regresó.
