En una pequeña caja blanca que fue adornada con flores y un muñeco de peluche, fue despedido ayer el bebé cuya gestación fue aparentemente interrumpida a los 7 meses y sus restos abandonados en una bolsa de plástico que llegó al Relleno Sanitario Xochimilco el 31 de mayo.
En medio de una celebración religiosa, el grupo Vida y Familia de la Diócesis de Mexicali, otorgó una despedida digna al niño que simbólicamente fue nombrado Saúl.
A las 16:30 horas una camioneta funeraria se estacionó en las puertas de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, el conductor bajó y cargó en sus brazos la pequeña caja que contenía las cenizas del bebé para colocarlas al frente del altar junto a una vela blanca y arreglos florales del mismo tono, destacando un muñeco de peluche.
Previo a una misa, niños, mujeres y hombres elevaron oraciones hasta las 17:00 horas cuando arribó el obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías para oficiar una misa en la que hizo referencia a la familia y los niños.
Tras bendecir el féretro blanco los integrantes de la asociación Vida y Familia recogieron la caja que contenía las cenizas para depositarlas en una cripta que fue donada por el Obispo en la misma Catedral.
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