Luis David Alvarado Rojas desde que era adolescente sentía un gran amor por la música, pero no fue hasta que empezó a tocar el violín cuando se sintió determinado a dedicarse a ese arte durante toda su vida. Actualmente estudia en la Ciudad de México la licenciatura en Música con la especialidad para ser violinista en la Orquesta de la Escuela “Carlos Chávez” del Sistema Nacional de Fomento Musical de la Secretaría de Cultura. El joven de 20 años, originario de Mexicali, tiene entre sus planes culminar con éxito su carrera para ser integrante de una orquesta profesional por un tiempo, después irse al extranjero y así poder compartir en otras partes del mundo su talento. “Entre mis planes están Australia, Nueva Zelanda, incluso Alemania, pero es un poco más difícil”.
Desde muy chico tuvo contacto con la música, primero tocando la guitarra y el piano, pero hasta que fue un integrante de la Orquesta juvenil Red Río Nuevo se consolidó su deseo de dedicarse al violín durante el resto de su vida. La manera en que empezó a tocar el violín, dijo, fue por casualidad, toda vez que creía que era un pasatiempo muy costoso, pero hasta que lo empezó a practicar descubrió que no era así.
Este instrumento lo empezó a practicar observando videos de Youtube, pero reafirmó su conocimiento al ingresar a la Orquesta Red Río Nuevo, donde aprendió la importancia de trabajar en conjunto con un grupo de músicos. “Cuando yo entré no sabía cómo leer bien las partituras, sabía cómo, pero no estaba acostumbrado a leerlas a tiempo real, porque en la orquesta es de que llegas, tienes que tocar mientras lees, no hay tiempo que te detengas y tú ver qué nota es”.
“Entonces fue como una presión mía de que llegas, entras y no voy a regar el trabajo de los demás por mi culpa”, añadió el artista. En el marco del Día del Músico que se celebra hoy, Luis David instó a los que aspiran a dedicarse a esta noble profesión a seguir sus sueños y no conformarse. Considera que tocar un instrumento es igual que practicar un deporte, lo cual se debe perfeccionar todos los días; él invierte al menos seis horas al día para mejorar su técnica.
“Que sigan mejorando, que no sientan que ese es el tope máximo”.