Rafael Hernández Flores, de 77 años, es originario de Mexicali y se crió en el ejido Guanajuato. Actualmente tiene nueve hijos, de los cuales dos de ellos son los que se preocupan por él, ya que con los demás ya no tiene ningún tipo de relación desde hace más de 30 años.
“Nomás tengo contacto con dos, viven en Estados Unidos, ahí en La Quinta, son maestros, ganan muy bien y sus maridos también, donde viven perfectamente y son quienes vienen a verme regularmente”.
Rafael mencionó que cuenta con su casa propia cerca de la colonia Progreso, pero ya que al sentirse muy solo escuchó del asilo “Consejo Sabio”, donde actualmente se encuentra. Aunque han sido tres veces que se ha ido, pero ha vuelto por su voluntad.
“He regresado por mi voluntad tres veces, ¿a dónde vas?, me preguntan y les contesto: Allá donde estaba en el asilo porque yo aquí me siento muy bien”.
“Me da mucha tristeza porque yo les di todo, yo iba con mi señora a Estados Unidos y le decía a mi mujer: Mira, qué bonita ropa para mi hijo o mi hija; yo nunca pensaba en mí, para mí primero fueron mis hijos, nunca nos enojamos, solamente desaparecieron”.
Rafael en su juventud laboró como ingeniero civil graduado de la UNAM. A los 24 años regresó a Mexicali por una mejor oportunidad y comenzó a trabajar en lo que antes se llamaba “Recursos Hidráulicos”, lo que ahora se le conoce como Conagua, le gustaba mucho trabajar en dicha institución.
“Me siento bien de salud, tengo residencia permanente en Estados Unidos y allá me atiendo para los chequeos médicos que necesito”, expresó.
“ESTOY A GUSTO AQUÍ”
Tereso, de 96 años, es originario de Durango y a lo largo de su vida tuvo 9 hijos que hoy en día están al tanto de él, aunque residen en varios estados del vecino país norteamericano, por lo cual actualmente vive en el asilo “Abuelo Feliz”, donde reconoció el buen trato del personal.
“Ahora estoy aquí, pero yo vivía en el otro lado, pero me salió una hernia, entonces yo tengo Issstecali y ahí me han operado y no sé qué estoy haciendo aquí tan viejo, pero estoy a gusto aquí en el asilo, la paso muy bien, me trata bien aquí la gente”.
Después de llegar a Mexicali, comenzó a trabajar en la antes llamada Procuraduría General de Justicia del Estado, donde se desempeñaba como mensajero y algunos otros trabajos que le encargaban, por ello se encuentra afiliado al Issstecali.
“Allá donde yo me crié no había trabajo, entonces me fui a Sinaloa en un pueblo llamado Samalona y ahí me puse a trabajar en la siembra y ya que llegué a Mexicali con mi familia; trabajé en la Procuraduría General de Justicia”.
Tereso manifestó sentirse bien de salud, aun mejor que cuando joven, ya que algunos dolores de articulaciones como las rodillas que antes tenía se le han ido quitando, por lo cual se siente positivo de seguir compartiendo sus experiencias en el mundo.