Daniel desde muy chico tuvo una de las enseñanzas principales de su madre, el valor del trabajo; empezó vendiendo nopales en tianguis cuando cursaba la secundaria, también laboró de paquetero y después en un “yonke”, siempre con la actitud de salir adelante.
“Mi mamá falleció de cáncer cuando yo iba en la prepa, unas semanas antes de la ceremonia de graduación; cuando estaba viva, durante todo el proceso de quimioterapias, todas las noches platicábamos, hablábamos de todo un poco, entre la charla en su etapa terminal me decía que ya no estaría conmigo, así que tendría que hacerme cargo de mi vida yo solo”, contó Daniel Montijo.
“En todo el transcurso de su enfermedad ella me preparó”, reconoce en una entrevista con motivo del Día del Padre, que se conmemora hoy.
Es ahí cuando él tomó la batuta de su propio destino y decidió continuar de una manera independiente en su vida; gracias a un seguro que le dejó su mamá al partir, pudo construir un cuarto más en casa de su mamá, ya que nada más estaba compuesta por una sola habitación a lo cual ahora serían dos.
SUEÑOS JUVENILES
Daniel comentó que conoció a Fernanda, quien ahora es su esposa y madre de sus dos hijas, Lia y Elsy, días antes de entrar a la preparatoria; charlaban frecuentemente por FaceBook, hasta que entraron juntos a la escuela y fue allí donde se hicieron novios formalmente; tras un embarazo temprano tuvieron que comenzar a trabajar a su corta edad para solventar los gastos.
“Hubo muchos negocios que queríamos emprender, pero no podíamos por la prepa; empezamos a vender aguas frescas en la calle 11, nada más que nos quitabamos como a la una de la tarde porque teníamos que entrar a la prepa y esa era la hora buena, entonces lo dejamos de hacer; después empezamos a vender hot dogs en la noche, en la calle 10 y Oaxaca y otra vez lo dejamos por la prepa”.
Tras el gran obstáculo de trabajar y estudiar al mismo tiempo y con el embarazo de la joven pareja, decidieron vender quesitas dentro de las aulas de la preparatoria, lo cual los llevaría a dar el siguiente paso camino al emprendimiento.
“Como ella estaba ya con la panza, muchos nos ubicaban porque como estábamos bien chicos era muy distintivo que éramos la pareja de embarazados y fue como una rachita ahí en la prepa; estábamos vendiendo más quesitas que en la cooperativa y pues la cooperativa paga una renta por vender ahí, estaba afectando sus ventas por lo cual, ya no me permitieron vender en la escuela”, mencionó Daniel.
OTRA ETAPA
A la edad de 17 años se compró su primer automóvil. un Mitsubishi Eclipse Spider 2003, pero por la necesidad de generar dinero y solventar el gasto de sus estudios y el embarazo, vendió ese auto para comprar otro y así empezar a comercializar autos por un tiempo durante los años de preparatoria.
“Hasta que encontré un negocio por el que pasaba seguido camino a la prepa llamado “Los Cántaros”, entonces fui a pedir trabajo y el dueño me preguntó que si para que quería trabajar y al contarle mi historia no dudó en darme el empleo de mesero para poder ganar un poco más con propinas ya que yo inicialmente quería trabajar de lavaloza”, agregó.
En ese momento Daniel pensaba en dejar de estudiar ya que en clases se quedaba dormido, pero por sus ganas de continuar estudiando pudo terminar la preparatoria exitosamente.
“Hay una pregunta que siempre me he cuestionado y no la he podido contestar ¿yo me hice así por mi situación o lo traigo de chico por genética?
“En donde he trabajado siempre hago más de lo normal, mis últimos trabajos eran de mesero pero siempre tuve una curiosidad, me iba a la cocina, a la caja para aprender, a veces hacía el corte de caja, otras veces hacía lista de compras, me pagaban lo mismo pero todo eso me ayudó a mi a aprender, porque yo ya tenía más conocimientos sobre proveedores y precios”, externó.
LOS INTENTOS
Tras varias veces de haber invertido y perdido dinero, Daniel buscó en google negocios para invertir con poco dinero, pero no le convencieron los resultados, mientras que su esposa cocinaba boneless en casa y tras reconocer que tenía una muy buena sazón para ese platillo, es que decidieron comenzar con el proyecto.
En el 2020 y durante la pandemia comenzaron el negocio desde casa, preparando pedidos para los alumnos de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) ya que su esposa empezó a estudiar esa carrera, lo cual les resultó en un gran éxito.
“Ella siempre se ha encargado de cocinar y yo de hacer las compras, empezamos a repartir en carro, promocionándonos por FaceBook, entonces semana tras semana empezaron a salir pedidos y pedidos y esto ya no paró”, puntualizó.
SU MEJOR ETAPA
Ya son tres años desde que emprendieron con Boneless “El Dany” y se encuentran en una etapa de mejora continua tanto en las instalaciones como en su vida personal ya que Daniel ahora, con 24 años de edad, está motivado por seguir creciendo siempre pensando en continuar por su familia.
“Hoy en día lo que me sigue impulsando son mis niñas y mi esposa porque al fallecer mi mamá empecé a dormir solo y la verdad yo quería hacer una familia, entonces conocí a Fernanda y después a mis niñas y trato que las niñas tengan lo que a mí me hubiera gustado, que ellas tengan a sus dos papás juntos”, manifestó.
Su negocio se encuentra ubicado sobre la avenida Michoacán 1160, en la colonia Pueblo Nuevo; en FaceBook se encuentra como Boneless El Dany y para para pedidos puedes marcar al 686 517 8659, también puedes ordenar por WhatsApp al 686 405 3236; por último, también cuentan con carreta de hot dogs para eventos.
