En un altar repleto de flores y luces de colores en el patio frontal, la familia Covarrubias resguarda su preciada imagen de la Virgen de Guadalupe a la que rinden homenaje, sin excepción, cada 12 de diciembre.
El pueblo mexicano celebra hoy la aparición de la virgen guadalupana en 1531 en la parte más alta del cerro del Tepeyac.
La tradición movida por la fe inició en la casa de la familia Covarrubias hace 30 años, así lo narra doña Manuela quien recuerda que fue su esposo don Salvador quien la motivó a conmemorar este día.
Empezamos a poner la virgen nada más en la ventana, mi esposo cuando andaba en la calle se encontró a unos danzantes o matachines y los trajo para que le danzaran y así lo seguimos haciendo, ellos siguen viniendo cada año.
Don Salvador falleció hace trece años y es su esposa junto con sus hijas e hijos la que hace perdurar la tradición que además comparte con sus vecinos en la colonia Lázaro Cárdenas.
Mis hijas son ahora las que se dedican a decorarle el altar unos días antes del 12 de diciembre para que esté lista para su noche cuando vienen los danzantes, aquí toda la gente se junta para vivir ese día.
Es tal el deseo por compartir su fe que una parte del cerco que resguarda la casa es removido cada 12 de diciembre para que el altar pueda ser apreciado.
Junto a la imagen de la virgen guadalupana no puede faltar la fotografía de don Salvador, una forma de mantenerlo presente en la tradición que él mismo sembró en su familia.
Ella representa mucho para nosotros, es muy milagrosa y le debemos tanto, yo le encomiendo todos los días a mis hijos, que los guíe donde quiera que anden.
Además del altar, la familia decora la calle con papel picado que pone identidad a una arraigada tradición del pueblo mexicano.