Con la finalidad de brindarse apoyo de manera mutua y con ayuda profesional, el Grupo Paso Firme cumple 3 años de hacer frente a la enfermedad de la ludopatía, que con la pandemia del Covid-19, expandió sus horizontes y ahora tiene integrantes de otros países.
El sicólogo Eutiquio Pazos, coordinador del grupo, comentó que en realidad el tercer aniversario llegó en el mes de junio, pero como en todas las adicciones, hay gente que llega, que se va, regresa, no siempre se quedan todos como quisieran, esa es la complejidad de la enfermedad, más con la ludopatía.
Es muy difícil crear conciencia de esta enfermedad, ya que es una adicción socialmente aceptada, no se ve mal como las otras adicciones; la ludopatía es considerada como una adicción moderna o atípica, no está en la conciencia social de que afecte, pero afecta como cualquier otra adicción.
Tan nueva es la ludopatía, que en el manual de diagnósticos médicos, apenas en el 2013 se reconoció como una enfermedad, ahí es cuando la nombran ludopatía, ya que anteriormente se creía que era una falta de control de impulso, señaló.
Con la enfermedad de la ludopatía el grupo Paso Firme estaba creciendo muy rápidamente, impulsado por el gran número de casinos que hay en Mexicali, dijo, sin embargo, con el confinamiento provocado por el Covid-19, hubo una desbandada.
Había quienes no tenían acceso a internet para seguir las reuniones del grupo vía virtual, pero otras personas que sí lo hacían carecían de la privacidad necesaria en sus hogares, no podían hablar, lo cual hizo que mucha gente dejara de conectarse.
Pero llegó otra generación de personas que conocieron el grupo de manera virtual, por lo que empezó a crecer mucho, al grado que se conecta gente de Veracruz, Sinaloa, Sonora, Estados Unidos, Perú, Argentina, Guatemala e, incluso, hasta de España.
Sin embargo, ahora que quieren regresar a las reuniones presenciales, a muchos se les dificulta por la distancia, el tráfico, el tiempo, el dinero y ya se acostumbraron a la comodidad de las reuniones virtuales. mencionó.
Pero también hay que ver las ventajas de las reuniones presenciales, ya que quienes invierten dinero, trabajo, esfuerzo, tienen un efecto sicológico, le toman más amor y cariño al grupo y se adhieren más al tratamiento que las personas que no se conectan; además, estas sufren más recaídas.
Por lo anterior, crearán otro grupo al Poniente de la ciudad, ya que el actual se encuentra al Oriente.
Pazos señaló que con la ludopatía no solo se pierde dinero, sino que hay trastornos asociados como es la ansiedad, depresión y muchos llegan al grupo con un cuadro de atención psiquiátrica.