Uno de los puntos más representativos de la ciudad y del renaciente Centro Histórico de Mexicali, es la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, la cual, desde hace poco más de 8 años, ha llamado de manera muy peculiar a sus fieles y a múltiples turistas, por medio de su singular reloj automatizado.
El Padre Luis Antonio Valdez López, vocero de la Diócesis de Mexicali, señaló que este reloj carrusel, es uno de los poco instaurados en la república mexicana, y que fue adquirido en junio de 2013 a la empresa Relojes Centenario, originaria de Zacatlán, Puebla.
Este es un reloj tipo mecatrón especial, el cual cuenta con un sistema de autómatas que, en este caso es un carrusel que contiene a los 12 apóstoles que salen que salen en diferentes épocas del año y horas del día con varias melodías.
Según la historia, la invención del primer reloj mecánico en el mundo se atribuye al Papa Silvestre II, en el año 996. Cristianamente, un reloj que está en la iglesia o en la torre simboliza la diligencia y cuidado que deben tener los ministros en rezar las horas canónicas; también simboliza el cuidado de María, que tuvo toda la vida de su amantísimo hijo.
La Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe fue fundada en 1917 y es cabecera de la Diócesis de Mexicali, misma que tiene como Obispo al Monseñor José Isidro Guerrero Macías.
“El reloj toca la Gran Sonería Westminster cada 15 minutos, adicional tiene un carillón el cual va tocando melodías a lo largo del día y del año; a las 12:00 horas, se tiene el canto del Ave María, en tanto que a las 20:00, El Pescador”.
El arquitecto Luis Alberto Olvera fue el encargado del diseño y construcción de este reloj, que es un punto de encuentro para las personas, locales y extranjeras, que pasan frente a catedral, quienes al ver la salida de los Apóstoles, se motivan a ingresar al recinto y otros más, a tomar múltiples video y fotografías para contar con un recuerdo de su paso por este lugar.
“Este tipo de relojes que cuentan con autómatas, cuentan con un distintivo muy especial, ya que los autómatas hacen que se junte la gente y sea un atractivo turístico, y, en este caso al ser una Iglesia, atrae más fieles por el gusto de verlos y de escuchar la melodía”.