Con el fin de preservar una fecha trascendental en la historia de Baja California, recordaron el 103 aniversario de la inauguración del Camino Nacional, por parte del coronel Esteban Cantú, con lo que se conectó a Mexicali con la Zona Costa del Estado.
Un grupo de entusiastas de la historia, se reunieron en la intersección de la avenida Michoacán y Calle Segunda, en Pueblo Nuevo, en lo que antiguamente se le conocía como las cinco esquinas, que es donde arrancó el Camino Nacional, que conectaba a Mexicali con Tijuana.
El presidente de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de Mexicali y su Valle, Jaime Sandoval Pérez, comentó que cada año se reúnen en este punto para recordar que un 18 de marzo de 1918, el coronel Esteban Cantú inauguró el Camino Nacional.
Observó que la inauguración no se dio precisamente en este lugar, sino en el Campo Alaska, hoy conocido como el poblado de La Rumorosa, donde se colocó una placa de madera alusiva a la fecha, pero que hoy se desconoce su paradero, y mucho menos su destino.
El Camino Nacional arrancó desde este punto, antes que se llamara Pueblo Nuevo, y corría de manera transversal hacia el Suroeste hasta llegar a lo que hoy se conoce como el Mercado Ley de la Calle 11, en un punto que se conocía como “el garitón”, donde se revisaba que no pasaran bebidas alcohólicas.
De ahí, el camino corría donde hoy es la parte Norte de Virreyes, y de ahí hasta el antiguo edificio de la Progreso, la rúa seguía su curso hasta el puerto de El Centinela y caía hasta la Laguna Salada hasta el Cañón de Llanos, hasta el Arroyo del Muerto, lugar donde con las lluvias caía mucha agua.
El camino seguía por la cuesta de Picachos hasta el campo Alaska, 40 kilómetros después había una bifurcación, una que se dirigía hacia Ojos Negros en Ensenada, y que en esa época todavía era la capital de este territorio, y el otro seguía hasta Tijuana.
Lorenzo Hurtado Valenzuela, vicepresidente de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali, recordó que el viajar hacia la Zona Costa era extremadamente difícil, ya que se tardaban días, solo había veredas muy escarpadas.
Hay que recordar que la migración venía de Baja California por Ensenada, pero ellos se les dificultaba llegar a esta ciudad, mientras que la migración proveniente de Sonora, no podía llegar fácilmente hacia la Zona Costa del estado.
Por ello la decisión de Cantú fue trascendental, ya que la construcción no solo se trataba de una cuestión estratégica militar, hay que recordar que Estados Unidos estaba muy interesado en apropiarse de Baja California, por lo que el camino agilizaría el traslado de tropas en caso de invasión.
Sin embargo, no fue solo la cuestión militar lo que motivó la construcción, sino también el traslado de personas y mercancías, con ello el comercio, ya que en esa época Mexicali ya estaba repuntando como una tierra de alta producción algodonera.
Hurtado Valenzuela expuso que el camino fue construido de terracería compactada, mientras que las rocas de La Rumorosa fueron abiertas con dinamita, mientras que trabajadores en su mayoría mexicanos y algunos chinos, se abrieron paso a pala y pico.
Recordó que la construcción del camino fue un proceso sumamente difícil, que costó muchas vidas, por las altas temperaturas, así como las nevadas en Campo Alaska, sobre todo cuando caían los deshielos y destruía todo lo construido.
Fue así que el ingeniero militar Luis Robles Linares, quien inició la obra en 1915, falleció de pulmonía en el Campo Alaska, le siguieron en su labor los también ingenieros militares Luis Enrique Alducín, así como Eduardo Trujillo, quien fue el constructor de la Escuela Cuauhtémoc.
El Camino Nacional siguió utilizándose hasta que el 5 de mayo de 1952, fue inaugurada la moderna carretera a La Rumorosa, totalmente pavimentada con asfalto, de un carril por sentido, lo que hoy es la ruta de bajada de esa rúa.