Miguel Ángel Pacheco Valente, es un hombre invidente que desde hace seis años, canta en los camiones para sobrevivir, ya que personas como el no consiguen trabajos fácilmente.
Todos los días se levanta alrededor de las 6:00 horas para empezar su jornada y tomar el transporte público en el fraccionamiento Los Naranjos, al sur de la ciudad. Sale de su hogar y con su bastón se da lugar en la vía pública.
Al iniciar, visita uno de los Oxxos para comprar unos “Halls”, en donde las cajeras lo saludan por su nombre. Después otra vecina de la zona lo encamina a tomar el camión, cruzando la avenida Francisco Javier Castillo Negrete.
Para que los camioneros lo puedan ver y asegurarse que lo van a subir al camión, levanta su bastón y con cuidado sube por las escaleras de un camión Atusa que tenía los vidrios quebrados del lado derecho.
Aunque las autoridades municipales aseguraron que el transporte público se modernizaría al aplicar la nueva tarifa de 15.50 pesos, en esta zona de la ciudad alrededor de la 7:00 horas el camión de la ruta “Naranjos” se encontraba repleto de personas que debían estar paradas mientras esperaban llegar a su destino, de tal forma en que incluso un joven se sostenía con el lector de tarjetas.
LA VOZ DE LA FRONTERA constató una parte del recorrido de Miguel Ángel, quien se debe de esperar a que se desocupe el pasillo central del camión para poder pedir una propina a los pasajeros.
Alrededor de las 7:30 de la mañana ya se había desahogado un poco el camión al bajarse gran parte de los pasajeros cerca del bulevar Benito Juárez y del campus central de la Universidad Autónoma de Baja California.A las 7:40, cerca del hotel Lucerna, Miguel encendió su radio que lo acompaña siempre, con el cual reproduce la pista de la música que canta.
“Cuando me lo vendieron me dijeron qué botones aplastar para poder manejarlo, y traía un micrófono de los que van aquí en la cabeza, pero se me descompuso…y ahorita canto con el radio así solo”.
De sus canciones favoritas son las de antes, de artistas como Los Yonics, Los Bukis y Ramón Ayala, su artista favorito. Cantó “Me siento solo”, “Hoy te confieso” de los Terrícolas y “Tu cárcel”.Miguel afirmó que por el tamaño y forma de las monedas, puede saber qué monedas recibió, al igual que con los billetes, que tienen distintos tamaños.
Aprender a moverseHasta hace seis años, Miguel reconoció que no sabía cómo andar por las calles, pero desde que se animó a hacerlo, ya nada lo ha parado.
“Le decía al chofer de los camiones que si me podía bajar en una parada del camión, me bajaba y ya preguntaba dónde estaba y ya me ubicaba, y me decían, ‘estás entre tal calle y tal calle’, entonces así fui aprendiendo como manejarme”.
Reconoció que los transeúntes le ayudan a moverse y a cruzar la calle; mientras que por parte de los conductores del transporte público, solo ha identificado a uno de la ruta 9 que no le permite cantar dentro del camión, ya que considera que es un riesgo que ande caminando por el pasillo central sin poder ver.“Dice que es peligroso, que me puedo golpear y todo eso”.
Su historia
Miguel perdió la vista a los 9 meses de nacido después de una complicación que tuvo al haber padecido sarampión.El acreditó primaria abierta a los 12 años en el Centro de Atención Múltiple “Jorge Luis Borges”, para posteriormente también realizar la secundaria en esta modalidad.
En un corto plazo tiene pensado inscribirse a la preparatoria abierta.Lo más difícil Para este cantante que no puede ver, una de las vialidades más difíciles de cruzar es el bulevar Lázaro Cárdenas, toda vez que la considera un verdadero riesgo en materia vial.“Esa no me animo a cruzarla yo solo”.
Por otra parte, hay otras zonas que prefiere evitar debido a que suele haber pocos peatones, lo cual es común en el poniente, alrededor de la delegación Progreso.“Me da un poco de inseguridad estar esperando porque no se escuchan personas”.
En todo el tiempo que ha andado solo, solo una vez lo trataron de asaltar, pero Miguel evitó que se llevarán su cartera después de forcejear con el maleante.“Sentí cuando me sacó la cartera a la bolsa, entonces el señor iba a correr, lo agarré de la camiseta, lo abracé y le dije que me diera mi cartera, y (él) no quería…”.
Su mensaje
A las personas con discapacidad visual que tengan el deseo de ser independientes les recomendó dar el salto, pese a que sus seres queridos los deseen tener resguardados en sus hogares.
“Que le echen ganas y no se dejen vencer; hay que salir adelante”.
En su caso, dijo que para él era una prioridad hacer su vida sin sus padres, quienes no podrán estar por siempre en vela por él.
A aquellos que piensan que no deberían permitir a los invidentes salir de sus hogares, consideró que es una mala práctica el sobreprotegerlos, ya que es importante que tengan un lugar activo dentro de la sociedad.
“No deben de hacer eso porque en vez de protegerlos, no los dejas ser y nunca aprender a hacer nada por sí mismos, no es buena la sobreprotección, yo la viví, por eso les digo que no es buena”.