El deseo de pisar suelo estadounidense motiva a Jonathan a intentar una vez más cruzar el cerco fronterizo, a pesar de la grave lesión que le causó la misma valla en su primer intento por alcanzar el sueño americano.
El joven hondureño, de 20 años, llegado a Mexicali hace un mes con la caravana migrante, arribó ayer a un albergue de la ciudad y fue enviado al Hospital General por las lesiones en dos de sus dedos.
Fue hace cuatro días, me subí al cerco en Los Algodones y me atoré en las cuchillas que tiene el muro arriba y me tuve que bajar, era la suerte.
Desde la llegada de las caravanas migrantes a esta frontera, autoridades de Estados Unidos reforzaron el cerco y colocaron alambre de púas en la parte de superior para inhibir los accesos ilegales.
Jonathan ve casi imposible conseguir una visa humanitaria y por ello considera que su única opción es brincar la valla para poder reunirse con otros familiares que ya están en Estados Unidos.
Tenía que dejar Honduras, sí tenía trabajo, pero no se gana lo suficiente para vivir, había que salir.
Aunque el joven hondureño fue atendido por médicos del albergue al que llegó, éstos le recomendaron acudir al hospital por el delicado aspecto de sus dedos índice y pulgar.
“Lo voy a volver a intentar nada más que me cure”, aseguró Jonathan.