Manuel, originario de Honduras y residente de Mexicali desde hace siete meses, enfrentó a ocho agentes migratorios de Estados Unidos en busca de conseguir asilo humanitario.
El hombre trató de convencer a otros de sus connacionales recién llegados a Mexicali de no esperar más y preguntar si hay asilo en Estados Unidos.
El hombre caminó entre los carros que hacían fila para cruzar al vecino país y llegó hasta la zona que delimita México y Estados Unidos. Ocho agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) lo abordaron para indicarle que el asilo humanitario debía solicitarlo en la fila peatonal.
Aunque dialogaron varios minutos no pudieron convencerlo de retirarse hasta que un agente del Instituto Nacional de Migración se lo pidió. El hombre ha tratado de convencer a otros miembros de la caravana de presentarse en la garita y pedir el trámite de asilo. Hasta ahora ninguno ha aceptado, pues esperan llegar a Tijuana.