Con más de 42 años de experiencia vendiendo raspados, Don Pedro Farías señala que a través de su producto logra restablecer la temperatura del cuerpo de los cachanillas.
Desde muy temprana hora se levanta para salir a ganarse la vida, desconociendo la hora de regresar a casa, pues lo más importante es ayudar a refrescar a las personas que le compran. Su centro de trabajo móvil está enclavado en una de la colonias de mayor tradición en Mexicali, hablamos de la Colonia Baja California, hasta donde mueve su carrito de raspados para vender en las inmediaciones del parque de dicha zona.
Este viernes en punto de las 15:00 horas la ciudad alcanzaba una temperatura de 45 grados centígrados, situación que para Don Pedro es la gloria, pues el vaivén de clientes no cesa. Entre sus raspados más solicitados por los clientes está el de ciruela, de ahí, sus casi 20 sabores más, son casi igual de demandados.
Don Pedro es originario es Michoacán, pero por más de 50 años ha radicado en estas tierras cálidas, asegurando que ya es 100 por ciento Cachanilla.