Debido a la imposibilidad de vender su producto en Estados Unidos, pescadores de San Felipe buscarán otros países donde puedan comercializarlo, como ha sucedido con otros productos agrícolas mexicanos, y que han encontrado una muy buena aceptación en mercados alternos.
Lo anterior lo manifestó Lorenzo Guadalupe García Carrillo, presidente de la Federación de Pescadores Ribereños de San Felipe, ante el embargo pesquero impuesto por el vecino país, ante la inacción de México por la captura indiscriminada e ilegal de la totoaba, así como la casi inminente extinción de la vaquita marina.
García Carrillo comentó que no es lo mismo vender el producto del mar en el mercado nacional ya que lo compran a un mucho menor precio comparado a cuando exportaban hacia Estados Unidos.
Destacó que por lo anterior, quieren recuperar el mercado de Estados Unidos, pero para que esto sea posible, se debe liberar la pesca de la totoaba.
Las áreas de prohibición son un problema, ya que son muchas y muy extensas, dijo, ya que el tema es vaquita marina y la pesca ilegal de la totoaba, pero esta última al momento de comercializarla, se protegería de manera automática a la vaquita marina.
“Si se regula la pesca de la totoaba y se puede sacar provecho de ella, entonces se quitarían las redes clandestinas y se protegería a la vaquita marina”.
Hasta ahora no han parado, y han tenido que recurrir a una demanda de amparo para poder trabajar con sus artes de pesca tradicionales y protegerlos, de lo contrario, habría un caos tremendo, señaló García Carrillo.
Actualmente es temporada de captura de camarón, y la pesca ha sido buena, pero no les pagan los precios que quisieran, ya que por las sanciones internacionales no pueden exportar a Estados Unidos, por lo que están viendo la posibilidad de buscar otros mercados.
“A lo mejor estamos aferrados a un mercado que teníamos y estamos dejando de lado otras oportunidades que estamos dejando de lado o encontrado”.
Aclaró que los pescadores siempre han tenido permiso para pescar, pero también les han impuesto muchas prohibiciones, han restringido la pesca principalmente en las áreas donde ellos solían trabajar.
Además, Las autoridades federales les han estado decomisando las artes de pesca que han utilizado toda la vida, y que son adecuadas para estas aguas, pero desde hace algunos años les han querido imponer otras que prácticamente no les sirven.
“Nos han querido imponer unas artes de pesca, las cuales han comprobado durante años que no son factibles con nosotros, no captura lo suficiente para sobrevivir, ni para sacar los gastos que se invierten en el caso de combustible para las pangas, es decir, ni para gastos de operación diaria”.