Mexicali es uno de los lugares cuyo desarrollo social y económico tuvo como paisaje plantas casi endémicas en la región como el pino salado que fue acompañante solidario por su sombra de los primeros habitantes de esta zona fronteriza y el cual está desapareciendo poco a poco. Al igual que la “cachanilla”, ésta sí endémica en nuestro territorio ambas deben ser consideradas como parte del patrimonio cultural e histórico por el significado que tuvieron en materia de subsistencia y cobijo en las duras condiciones climáticas, por los usos que les dieron las familias de ese entonces.
Es por ese motivo que integrantes de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Cultural de Mexicali y su Valle (CPPCMV) que preside Rogelio Ruelas Parra, como Lorenzo Hurtado e Ignacio Ortega Galaviz, insisten en la necesidad de que sean consideradas como parte del patrimonio cultural e histórico. En las próximas semanas los integrantes de dicha Comisión estarán analizando la forma y el procedimiento para promover que con la finalidad de preservar parte de esa flora las autoridades culturales, educativas y de turismo, declaren algunos santuarios para el pino salado en Mexicali.
Lo anterior porque desde hace unos años han sido afectados por una feroz deforestación que ha desaparecido este árbol en sitios que son simbólicos y que tienen mucha historia porque sirvieron de sombra a diferentes generaciones varios de ellos ubicados en lugares de gran tradición como el Centro Histórico.
Se buscará la manera de ubicar algunos lugares en donde todavía existan varios y hagan un conjunto con la finalidad de visitarlos y pugnar porque en el futuro sean respetados, “cada día son menos y las nuevas generaciones desconocen el valor que tuvieron para sus antepasados recientes”, señaló Ortega Galaviz.