La falta de recursos para emprender una educación artística en el área de la música y el corazón altruista de un hombre que siempre vio por el bienestar de los menos favorecidos, fue la motivación para crear la fundación “Ernesto Marroquín Murrieta”.
Hace alrededor de año y medio que inició esta organización civil, bajo la dirección de Eduardo Marroquín, hijo de Ernesto Marroquín Murrieta (QEPD), quien en honor a su padre inició esta fundación que busca apoyar el talento de los menores en situación de vulnerabilidad.
“Esta fundación es en base al corazón de mi papá, él era muy altruista, se dedicaba a totalmente al beneficio de la sociedad; yo no tuve los recursos para estudiar música y es ahí donde nace la idea de la fundación, a raíz de lo que yo no pude hacer de chico y de grande logré”.
Poder darle la oportunidad a niños y jóvenes que no tengan el recurso, pero sí las ganas y alguna habilidad musical, es la premisa de esta asociación, que cuenta actualmente con dos benefactores importantes, como el doctor Gustavo Gaspar Blanco y Alan Denis, dueño de los Soles, quienes han confiado sus recursos a esta organización.