Con un producto de calidad, 100% puro, apicultores del valle de Mexicali buscan desarrollar esta actividad, sin embargo se enfrentan a grandes problemas, como la temperatura, los químicos y sobre todo, los impostores.
La apicultura es una actividad que está creciendo en Baja California, sobre todo en el valle de Mexicali, donde se han instalado apiarios con 15 hasta 20 colmenas, donde se produce una miel muy particular y de muy alta calidad.
Sin embargo, el mercado de la miel aún está muy restringido, por la falta de promoción de este producto, además, calculan que existe un 50% de piratería, gente que vende fructosa en lugar de miel de abeja y a la que incluso, la comercializa con un pedazo de penca, lo que puede poner en riesgo la salud de quienes la consumen.
José Luis Díaz Muñoz, presidente del Sistema Producto Apícola en el Estado, comentó que los productores de miel han ido a la baja, pero muy lentamente se ha aumentado la producción, ya que en el 2014 había 238 en todo Baja California, mientras hoy en día solo quedan 180.
Expuso que en el 2017 se produjeron en todo el Estado alrededor de 58 toneladas de miel, en tanto en el 2018 esta producción aumentó a 82 toneladas.
Hasta el momento su mercado se ha restringido a lo local, es decir, han comercializado en ferias y exposiciones, ya que han preferido vender calidad con un alto valor agregado.
Por el momento tiene en proyecto dotar de denominación de origen a la miel de Baja California, para ello ya ha recibido la Norma Oficial Mexicana (NOM), por parte de Sader (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural), donde establecen los requisitos para hacerlo. También, para conquistar los mercados se requiere de mayor apoyo del Gobierno, sobre todo para aumentar el número de colmenas al doble de lo que hay en este momento, para así, paulatinamente en un término de 4 años, doblar la producción y que ésta llegue a las 200 toneladas anuales.
LOS IMPOSTORES
Moisés Rodríguez, médico epidemiólogo y productor apícola, expresó que la miel que se produce en el valle de Mexicali es muy especial y de muy alta calidad, ya que es multifloral, es decir, las abejas se alimentan del polen de mezquite, algodón, alfalfa, pino salado, cítricos, entre otros, por lo que el producto resultante tiene muchas combinaciones de nutrientes.
Mencionó al ser el valle de Mexicali una zona árida, esto provoca que la miel tenga un menor nivel de humedad, ya que mientras lo recomendado es el 17% de humedad, aquí el producto resultante cuenta con solo el 16%, por lo que es mucho más pura.
Rodríguez comentó que hay mucho desconocimiento de la miel de abeja, ya que la gente cree que mientras más aguada esté, más pura es, pero no es así.
Es muy sencillo distinguir la miel pura de la que es falsa, dijo, ya que la primera se endurece o solidifica con las bajas temperaturas, mientras la segunda permanece aguada, ya que por lo regular se trata de fructosa, que tiene un alto nivel de azúcar y pocos nutrientes.
Otra de las trampas que ponen los falsificadores es la de introducir una penca de miel a la fructosa, alegando que esta miel es la más pura, pero no es así, lo que hacen es que ponen una parte del panal dentro de la fructosa, lo que puede poner en peligro la salud de quien la consume, ya que a la cera de la penca le cae humo y polvo, por lo que ésta contamina la fructosa.
AMENAZAS
Moisés Rodríguez manifestó que los apicultores se enfrentan a tres principales retos, que son los químicos, el calor y los robos.
Con respecto a los químicos, dijo que por lo regular, los aviones fumigadores dejan caer el insecticida sobre las colmenas debido a que no las ven, ya que éstas se encuentran tapadas, estos químicos matan a las abejas, por lo que se hace necesario regular esta actividad y se utilicen sustancias que no las dañen.
El calor es todo un reto en el valle de Mexicali, ya que por las altas temperaturas se puede presentar mortandad de las abejas e incluso, se han derretido los panales, por lo que cada quien hace lo que puede por mantener las colmenas alejadas del sol y de las altas temperaturas, ya sea colocándolas bajo árboles o cubriéndolas con cartón o foam.
Por último se encuentran los robos, hay muchas personas que destruyen los panales para robarse la miel, pero con ello matan a la población de abejas, provocándoles mucho daño.