Jaime Bonilla Valdez está a 25 días de concluir su gestión como gobernador de Baja California y en ese lapso tendría que resolver los pendientes de pago que acumula con los municipios, la burocracia y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por mencionar solo algunas de las deudas.
La gobernadora electa, Marina del Pilar Ávila Olmeda, dijo estar consciente del abanico de deudas que podría recibir como herencia en la próxima administración.
“Hablamos de la deuda que se tiene a los ayuntamientos por participaciones federales que es bastante alta, hablamos de la deuda a la CFE que evidentemente si no se paga en estos momentos nos tocará hacerle frente y otra deuda de 300 millones a los burócratas además nos va a tocar llegar y pagar aguinaldos”.
Bonilla ha retenido 1 mil 300 millones de pesos de participaciones federales que le pertenecen al Ayuntamiento de Tijuana, otros 564 millones de pesos de Mexicali y por lo menos 200 millones de pesos del resto de los ayuntamientos.
Con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la deuda es de más de 163 millones y más de 200 tiene pendientes de pago a la burocracia por varios conceptos.
Ávila Olmeda destacó que la retención de recursos que le pertenecen a los municipios fue un mal hábito del ex mandatario panista, Francisco Vega de Lamadrid repetido y agudizado por el actual gobernador emanado de Morena.
Por su parte, Marco Moreno Mexia, quien estará a cargo de la Secretaría de Hacienda en la siguiente administración estatal, refirió que hay otros pendientes de pago con proveedores particulares poniendo como ejemplo a las empresas que estuvieron suministrando energía al Acueducto Río Colorado-Tijuana.